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Sector manufactura: ¿es momento de cambiar el modelo de negocio?

Se ha debatido si con el paso del tiempo se han otorgado beneficios fiscales que coloquen a las empresas extranjeras en una situación más competitiva que a la industria manufacturera nacional.
mar 18 abril 2023 05:59 AM
(Obrero trabajando)
En el último año ha surgido la pregunta de si el modelo de maquiladora sigue siendo el más adecuado para llevar a cabo operaciones de manufactura en México, señala Mario Hernández.

(Expansión) - A través de los años, las empresas que llevan a cabo operaciones de manufactura en México han tenido que decidir cuál es el modelo de negocio que más se adecua a sus necesidades; por ejemplo, empresas maquiladoras, contratistas o manufactureras completas. Cada uno de estos giros realiza actividades y funciones diferentes, además, su rango de utilidad operativa varía, así como sus riesgos.

Es común encontrar en México a empresas que operan uno o varios de estos modelos de negocio, incluso, en un mismo grupo gracias al crecimiento alcanzado por medio de adquisiciones de empresas, las cuales operaban de una manera determinada o porque la administración ha preferido usarlas para fines distintos.

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Hasta hace algunos años se buscaba un modelo de bajo riesgo sin tener ventas en territorio nacional, como era el caso de las empresas maquiladoras. Este modelo ha estado en el país desde la década de 1960 y ha sido generador de inversión extranjera en México, así como promotor de empleos y de divisas. Pese a su éxito, ha sido cuestionado por considerar que no ha contribuido al crecimiento de la industria manufacturera mexicana, ni a la cadena de suministro de proveedores locales. También se ha debatido si con el paso del tiempo se han otorgado beneficios fiscales que coloquen a las empresas extranjeras en una situación más competitiva que a la industria manufacturera nacional.

Por lo anterior, se han visto cambios en la manera en que las maquiladoras extranjeras tributan en México, y de venir de un poco o nulo pago del impuesto sobre la renta (ISR), en la década de 1990, fue obligatorio el cumplimiento de reglas para precios de transferencia, lo cual elevó la recaudación del ISR y la participación de los trabajadores en las utilidades. A pesar de estos cambios, el sector manufacturero continuó siendo competitivo en México aprovechando varios factores, entre los cuales podemos mencionar los siguientes:

1. Un esquema fiscal y aduanero diseñado para hacer las operaciones eficientes en territorio nacional; si bien las empresas extranjeras son obligadas a pagar impuestos en México, su recaudación permanece en valores razonables en un contexto mundial.

2. La localización geográfica estratégica para acceder al mercado de Norteamérica. Estados Unidos sigue siendo uno de los motores económicos a nivel mundial más importantes y las empresas buscan establecerse en México para poder acceder a este mercado. El mismo caso es para Canadá, ya que es sumamente atractivo el nivel de crecimiento de la economía mexicana y la campana demográfica favorable que tenemos en el país.

3. La red de tratados comerciales celebrados por México con Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y diversos países de América Latina.

4. Una estabilidad económica y social, lo cual ha contribuido a la maduración del sector manufacturero.

5. La mano de obra mexicana es otro factor importante, ya que al ser eficiente y calificada, se torna competitiva en términos de costos.

Todos estos factores han contribuido al crecimiento del sector en México, sin embargo, en fechas recientes, específicamente a partir del 1 de enero de 2022, su operación se ha visto mayormente observada por las autoridades. A partir de dicha fecha, las empresas que operan en esta industria tienen que cumplir con reglas de precios de transferencia para determinar el valor de los servicios de maquila utilizando la metodología conocida como safe harbor, que implica la determinación de una utilidad fiscal equivalente a lo que sea mayor de 6.9% de los activos usados en la operación de maquila o 6.5% de la totalidad de los costos incurridos en la operación.

Esta mecánica está resultando en utilidades operativas que se salen de su rango y generan pérdida de competitividad y desafíos de doble tributación para las empresas residentes en el extranjero y que operan como principales en el contrato de maquila. Si bien algunas empresas maquiladoras todavía tienen la opción de utilizar la metodología de estudio anticipado de precios (APA) hasta el ejercicio 2024, todas las empresas nuevas ya no tendrán esta posibilidad y a partir de 2025 todas las empresas maquiladoras deberán migrar a safe harbor.

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Esta metodología, que es una manera simplificada de determinar el valor de los servicios de maquila, puede generar situaciones problemáticas para empresas que se consideran como de capital intensivo.

En el último año, ha surgido la pregunta de si el modelo de maquiladora sigue siendo el más adecuado para llevar a cabo operaciones de manufactura en México.

Es importante llevar a cabo estudios de factibilidad en donde se evalúe cada modelo disponible desde un punto de vista fiscal aduanero y de precios de transferencia para determinar cuál sería el escenario al que se enfrentarán las empresas de continuar o iniciar operaciones en México con el modelo de maquiladora, contratista o manufacturero completo. Los resultados están siendo favorables, ya que se ha conseguido concluir que se puede llevar a cabo una operación de manufactura eficiente en México sin la necesidad de utilizar el modelo de maquiladora. Este análisis debe incluir tanto la situación esperada de la empresa en México, como la del residente en el extranjero que estará actuando como principal en la operación de manufactura.

Es el momento adecuado para llevar a cabo dichos análisis y tomar la decisión que mejor convenga, considerando que todas las empresas maquiladoras a partir del 1 de enero de 2025 tendrán que utilizar la metodología de safe harbor para cumplir con las reglas de precios de transferencia en México.

Es necesario que se empiecen a evaluar los posibles efectos económicos y fiscales a los que se enfrentarán en el futuro y asimilar la idea de que un modelo que funcionó durante muchos años y que sigue siendo atractivo para algunas empresas, no necesariamente es aplicable para todas.

Nota del editor: Mario Hernández es socio Líder del segmento IMMEX de KPMG en México. Síguelo en LinkedIn. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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