Prácticamente todas las personas podríamos coincidir en que la educación es la base del desarrollo y el progreso. Bien se dice que el conocimiento es poder; saber nos concede la capacidad de hacer para transformar nuestro entorno.
Sin embargo, se ha abierto un debate interesante sobre el estado actual de la educación, tanto en México como en otros países. Discutir un tema de la mayor trascendencia siempre resulta oportuno, al menos para invitar a la reflexión.
Las observaciones punzantes giran en torno a temas como el rezago educativo en poblaciones marginadas; la poca habilidad de los estudiantes para ejercer el pensamiento crítico y el razonamiento lógico; así como la falta de preparación que ofrece el modelo educativo actual ante los desafíos del siglo XXI.
Por supuesto, se trata de consideraciones legítimas que debieran atenderse, aunque me parece que para tal propósito es imprescindible poner el foco en lo esencial con la finalidad de comprender que la construcción de un nuevo paradigma educativo requiere de la participación de todos los actores sociales.
En esta ocasión, haré referencia al papel del empresariado en el fortalecimiento del sistema educativo:
Como primer punto, los empresarios son una fuerza clave en el crecimiento económico de las comunidades, puesto que son precisamente ellos quienes, a través de su empeño y dedicación, generan la gran mayoría de los empleos.
Además, las organizaciones empresariales, de la mano de la innovación y el desarrollo incrementan la productividad, impulsando la economía en beneficio de la población en general.
Así, los empresarios entienden mejor que nadie que el éxito de una compañía o negocio depende del talento y las habilidades de sus colaboradores. Entonces, el rezago educativo, independientemente de ser un problema en sí mismo, repercute en el desempeño de la empresa como motor económico.
Está claro que los gobiernos son responsables de la política educativa, por lo que se les debe exigir que exista infraestructura adecuada, programas de estudio sólidos y estrategias puntuales para promover la calidad en la educación pública.
No obstante, si aspiramos a edificar un sistema educativo de excelencia es fundamental que el empresariado se involucre de manera activa y en sentido amplio.
Un modo efectivo de lograr tal cometido es incorporar la visión de los empresarios dentro de los consejos educativos y órganos de gobierno de las escuelas, que son quienes trazan los planes de estudio.