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El profesionista en busca del sentido

Las desigualdades pueden ser mitigadas mediante el talento profesional y la generosidad de personas comprometidas del campo profesional, señala Guillermo Fournier.
sáb 06 mayo 2023 07:53 AM
El profesionista en busca del sentido
El sentido de la actividad de cualquier profesionista es agregar valor a la empresa, pero, a su vez, abonar en la edificación de un mejor futuro para todas y todos, apunta Guillermo Fournier.

(Expansión) - Todas las personas contamos con legítimas aspiraciones de construir carreras profesionales exitosas, alcanzar metas específicas y hallar un equilibrio entre el trabajo y la vida social-familiar.

A fin de cuentas, los seres humanos estamos programados para buscar permanentemente la satisfacción de las necesidades básicas, disfrutar de la mejor calidad de vida posible y, en última instancia, sentirnos plenos y realizados.

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Por ello, desde la infancia cada individuo inicia un proceso de educación, formación e integración en el contexto social que no cesa de evolucionar y actualizarse sino hasta la muerte.

Es en los ámbitos del hogar, la escuela y los distintos círculos sociales y profesionales que mujeres y hombres moldeamos nuestro carácter, desarrollamos talentos y habilidades, y crecemos como personas en sentido amplio.

No obstante, el ritmo de vida híper-acelerado de la era contemporánea, que tiende a privilegiar lo efímero por encima de lo trascendente, nos hace vulnerables a perder la brújula, dejando a un lado tanto principios y valores personales, como objetivos y motivaciones más allá de lo meramente material.

En una sociedad volátil, donde predominan la incertidumbre y los cambios son tan vertiginosos que se traducen en estrés constante, es difícil realizar, de cuando en cuando, una mirada introspectiva y generar un plan de vida con metas de valor a corto, mediano y largo plazo.

Lo grave es que la carencia de una visión clara, con sueños por cumplir y logros puntuales por obtener, termina por abrir camino a un estado de aletargamiento, donde la mera inercia nos mantiene activos, aunque sin mayores aspiraciones.

Desde luego, esta falta de propósito, se traduce en mediocridad, tedio y apatía.

Lamentablemente, se trata de un fenómeno más común de lo que quisiéramos, lo cual se demuestra con los elevados niveles de burn-out, estrés y ansiedad entre las personas profesionistas.

A continuación abordo tres puntos que considero pueden contribuir a orientar el sentido de las personas profesionistas hacia una visión de trascendencia.

En primer lugar, el aprendizaje constante permite a las personas mantenerse a la vanguardia de las nociones teóricas y técnicas aplicables a los retos profesionales propios de la actualidad.

En este sentido, el esquema learn-on-time, que propicia la obtención de conocimientos actualizados, según sea la necesidad, es una excelente alternativa.

Por supuesto, la profesionalización a través del estudio de diplomados, maestrías y doctorados aporta mucho al profesionista, tanto por lo que se aprende en el programa educativo en cuestión, como por el networking.

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Segundo punto, mantener el contacto con las necesidades de la sociedad, abre la oportunidad de crear proyectos que sumen a causas filantrópicas, lo cual robustece la responsabilidad social empresarial.

Sin duda, lo anterior crea un sentido de satisfacción para las personas profesionistas, dado que son demasiadas las demandas de los grupos vulnerables de la población.

Las desigualdades pueden ser mitigadas mediante el talento profesional y la generosidad de personas comprometidas del campo profesional.

Como tercer elemento, los profesionistas debieran preocuparse por definir una armonía entre la actividad laboral y la familia, lo cual, claramente, no es sencillo, pero sí indispensable.

No se trata de un equilibrio, sino de una sinergia armónica, en la que el éxito satisfaga las sanas ambiciones, mientras que la salud de la vida familiar represente un aliciente en favor de la productividad y la realización profesional.

En síntesis, el sentido de la actividad de cualquier profesionista es agregar valor a la empresa, pero, a su vez, abonar en la edificación de un mejor futuro para todas y todos.

Si el fin último de la vocación laboral no es construir un porvenir más próspero e igualitario para la sociedad, entonces debiéramos replantearnos el paradigma empresarial y productivo actual.

El sentido de la actividad profesional es crecer como seres humanos y ser agentes de cambio en nuestro entorno.

Nota del editor: José Guillermo Fournier Ramos es docente en la Universidad Anáhuac Mayab. Vicepresidente de Masters A.C., asociación civil promotora de la comunicación efectiva y el liderazgo social. También es asesor en comunicación e imagen, analista y doctorando en Gobierno. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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