(Expansión) - La industria del capital privado y emprendedor en México continúa fortaleciéndose y el nearshoring representa una inmejorable oportunidad para el ecosistema, ya que beneficiará a los principales sectores económicos que han sido promovidos por los fondos de capital privado durante los últimos años. Asimismo, los fondos deberán seguir apostando en proyectos de innovación tecnológica para hacer frente a las nuevas tendencias y necesidades del mercado mexicano y global, en términos de producción y logística.
Capital privado y emprendedor en México, ¿futuro para la innovación tecnológica?
El nearshoring promete ser la oportunidad de crecimiento económico más sólida que se ha visto en México desde el desarrollo estabilizador conocido como el “milagro mexicano”. Las expectativas son altas y esto se debe a que nuestro país goza de una ubicación geográfica y conectividad privilegiada, mano de obra calificada y profesional, infraestructura idónea, así como múltiples incentivos fiscales y programas de fomento industrial y comercial para atraer inversión extranjera y facilitar la transferencia de los centros de producción de corporaciones multinacionales, a México. En este sentido, durante el 2023, se espera que incremente la incursión de nuevas empresas extranjeras en territorio mexicano, la mayoría de ellas, provenientes de Asia, como parte del boom industrial que se vive en el país para transitar hacia el nuevo modelo: “Made in Mexico”.
Conforme a las cifras de la Industria Nacional de Autopartes (INA), la industria manufacturera, especialmente la industria automotriz y de autopartes, se colocaron como las principales receptoras de inversiones derivadas del nearshoring durante el 2022, con el 37% de recursos captado; sin embargo, existe en México una pluralidad de sectores que se verán beneficiados de manera directa del referido fenómeno, incluyendo las industrias de electrodomésticos, tecnología, farmacéutica, así como el sector de la construcción y desarrollo de parques y naves industriales.
Adicionalmente, el nearshoring beneficiará de manera indirecta la inversión en otras decenas de industrias que deberán desarrollarse para dar abasto a las nuevas exigencias del mercado, especialmente las de infraestructura y energéticas, ya que lograr atender la alta demanda de los espacios industriales y comerciales de las empresas que se reubiquen en México será uno de los principales retos por venir. A su vez, el fortalecimiento de la industria de la tecnología e innovación será esencial para poder desarrollar procesos de producción más eficientes y sostenibles. Por último, los servicios educativos, enfocados a la capacitación y desarrollo de capital humano serán cruciales a efecto de asegurar la mano de obra profesional y de alta especialidad que éstas requerirán.
En este sentido, una estrategia de bajo riesgo para los fondos será el participar en el sector inmobiliario, específicamente en la construcción y desarrollo de parques industriales. Cabe aclarar que la estrategia de inversión en bienes raíces ha sido históricamente una de las más activas para los fondos mexicanos. Al respecto, la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP) recientemente confirmó que se tienen identificados 47 nuevos parques industriales que están en proyecto o en construcción, por lo que el mercado y las condiciones están dadas para que los fondos puedan participar activamente en este sector durante este 2023.
Por otra parte, la participación de los fondos en proyectos de infraestructura y energía, actividad que no es para nada desconocida por éstos considerando que según cifras de la AMEXCAP del 2011 al 2021 la inversión en este sector tuvo un incremento del 21.3% (el segundo más alto en dicho periodo), también podría representar una estrategia muy redituable; sin embargo, en mi opinión, la viabilidad de su participación dependerá de los incentivos gubernamentales, facilidades administrativas y las políticas públicas que sean implementadas en México en los siguientes años.
Figuras jurídicas como las Asociaciones Público-Privadas (APP) y los llamados Proyectos para Prestación de Servicios (PPS), que permitan establecer relaciones contractuales a largo plazo entre el sector público y privado para la prestación de servicios a la población mediante el uso de infraestructura proporcionada por el sector privado, deberán ser reimpulsadas a efecto de que los fondos puedan tener certezas jurídicas que les permita comprometerse a invertir en el sector.
En adición, considero que para que la industria mexicana pueda capitalizar en la mayor medida posible los efectos del nearshoring, es esencial que los fondos de capital continúen promoviendo proyectos de innovación tecnológica en el mercado mexicano, a fin de que los emprendedores mexicanos puedan participar activamente en las cadenas de producción de las grandes corporaciones multinacionales que se ubiquen en nuestro país y de esta manera lograr un cambio de paradigma en cuanto a los atractivos para invertir en México, así como colocar al país como un referente en cuanto a innovación en procesos de producción, que incluso puedan ser exportados fuera de nuestras fronteras.
Si bien esta apuesta representa un riesgo significativamente mayor para los fondos, también es cierto que éstos cuentan con la suficiente experiencia para poder escalar proyectos de tecnología, específicamente los fondos de capital emprendedor. Según datos de la AMEXCAP, desde el 2017, el sector tecnológico se ha posicionado como el cuarto sector que más ha sido beneficiado por estos fondos.
El impulso de emprendimientos y empresas en etapas iniciales es parte fundamental del desarrollo económico de los países y México seguirá posicionado como una opción para incentivar el crecimiento de empresas, innovación, competitividad y creación de empleos.
Nota del editor: Eduardo Montenegro es Asociado del Despacho Pérez Correa González. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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