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#Entrelíneas | ¿Este es el país que queremos?

Hoy, decir que la vida no vale nada es un despropósito, pero sí hay muchas deudas por cubrir.
lun 31 julio 2023 06:06 AM
brecha salarial entre hombres y mujeres México 2023
La ENIGH 2022 refiere que una mujer con posgrado completo o incompleto tiene ingresos por 73,525 pesos, mientras un hombre percibe 106,412 pesos al trimestre.

(Expansión) - Una mirada lineal sobre ingreso y gasto nos lleva a pensar que la vida es solamente dinero. Pero la vida no son solamente pesos y centavos. Hay mucho más: educación, salud, acceso a la justicia, buena alimentación… Hoy, decir que la vida no vale nada es un despropósito, pero sí hay muchas deudas por cubrir.

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El 26 de julio, el Inegi publicó la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022, que destaca que el promedio del ingreso corriente trimestral por hogar fue de 63,695 pesos, lo que significa un aumento de 11.0% en comparación con 2020. Al respecto, Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, sostiene que la mitad de los hogares tiene un ingreso igual o menor a 15,776 pesos al mes, cuando el promedio es de 12,232 pesos mensuales. Además, dicha encuesta arroja otro dato: el principal rubro de gasto fue alimentos, bebidas y tabaco.

La ENIGH desata filias y fobias. El Gobierno de México presume que los hogares más pobres tienen un ingreso corriente 20% superior al que percibían en 2018, mientras que los hogares del decil de ingresos más rico perciben un ingreso trimestral promedio 13.2% menor al que recibían en 2018. Los centros de estudio, por su parte, acusan que los avances son insuficientes, mediocres…

Por lo visto, estamos entre el festín y la negación, cuando los datos nos deberían ayudar a dar cuenta de la urgencia de dialogar y de reflexionar sobre la sociedad que queremos ser partiendo de un principio: no todo está bien, no todo está mal.

Rodolfo de la Torre, economista por el ITAM y maestro en Filosofía de la Economía por la Universidad de Oxford, ofrece una mirada ejecutiva de las cifras que arroja la ENIGH; de arranque, hay avances en algunos rubros de ingreso y señales de alarma sobre todo en algunos instrumentos de política social.

En lo que toca a los ingresos, se observa una recuperación de los ingresos laborales particularmente en los estratos de menores ingresos, lo que de alguna forma refleja una reducción en la desiguadad. Es decir, el mercado de trabajo está retomando su impulso gracias a algunas intervenciones públicas como el incremento al salario mínimo, las presiones salariales derivadas por el T-MEC, la limitación severa al outsourcing y las políticas de libertad sindical, entre otros factores.

En cuanto a los temas preocupantes destacan:

La política de transferencias de efectivo por parte del sector público que, al final, está otorgando cada vez más recursos a las personas que tienen más ingresos. Así, mientras que la narrativa de la autollamada Cuarta Transformación pregona el cuidado hacia los pobres, en realidad, sus programas de apoyo se están canalizando prioritariamente en las zonas urbanas hacia personas con mayores posibilidades de obtener ingreso, y no hacia aquellas más pobres radicadas en zonas rurales.

Los otros puntos de preocupación, que nos confirmará en los próximos días el Coneval, es que se observa un mayor rezago educativo, de tal forma que hay muchas personas que no están alcanzando una mayor escolaridad para la edad que tienen y esto es indicio de que las secuelas de la pandemia se siguen manifestando y muy probablemente seguirán conforme las nuevas generaciones de estudiantes vayan teniendo mayores tasas de abandono escolar.

Pero lo más alarmante de todo es lo que está ocurriendo con el sistema de salud. La ENIGH da cuenta de varios millones de personas que han dejado de reportar que tienen el derecho al acceso de los servicios de salud y, al mismo tiempo, reporta un aumento en el gasto de 31% para el cuidado a la salud y eso significa que habiendo dejado atrás los aspectos más dramáticos de la pandemia, aún así, las personas siguen gastando mucho más en salud y esto es indicativo de que el sistema de salud público no está proporcionando los servicios que necesitan las personas.

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En ese mismo terreno, vale la pena ‘cruzar’ las cifras de la ENIGH con los hallazgos de otras referencias. Así, la encuesta dice que los mexicanos destinan una aportación importante en alimentación. Sí. Pero, si se toman en cuenta las conclusiones de otros estudios es posible inferir que los mexicanos comen más pero mal. Por lo tanto, no necesariamente importa el monto absoluto de los recursos, sino lo que se logra con estos; no basta decir que se gasta mucho sino en qué se gasta.

“Lo que refleja el gasto en salud es una manera de decir que el sistema de salud mexicano no es accesible, universal y de calidad. Los datos económicos abren más preguntas para no quedarnos en el discurso economicista”, complementa Mario Luis Fuentes, profesor de la UNAM y director de México Social.

Al mismo tiempo, los triunfalismos alrededor de la reducción de la desigualdad podrían desvanecerse ante el siguiente fenómeno: los ajustes al salario mínimo no podrían seguir aumentando indefinidamente a los ritmos que hoy se tienen porque llegará el momento donde tendrían como límite la productividad de los trabajadores, que hoy no está aumentando como se quisiera, y así esa ‘fuente de igualdad’ podría agotarse. Por lo tanto, si se intensifica la crisis educativa y se acentúa el rezago de habilidades y competencias que exige el mercado de trabajo, se podría disipar el potencial de reducir la desigualdad que en estos momentos se ha aprovechado.

¿Qué hacer con la data que nos ofrece la ENIGH?

Lo primero es reconocer que hay un problema; en salud, educación y en las transferencias no se está teniendo el efecto deseado. Si se cree que sí o si se considera que el efecto no es económico sino político (captar votos), entonces no van a cambiar las cosas. Lo segundo es rediseñar las políticas públicas. Lo tercero es colocar al frente de los cargos a las personas indicadas.

“Por ejemplo, se requiere tener un padrón universal de programas sociales. El llamado censo de bienestar no fue un censo y no pudo captar adecuadamente las necesidades de las personas. Se requiere construir ese padrón, que esté en manos de alguna institucion que pueda tener el panorama general de los gastos y también de los ingresos públicos que provienen de las personas. La SHCP podría hacerse cargo de este padrón de contribuyentes pero también de receptores de transferencias en efectivo”, sugiere Rodolfo de la Torre.

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La sociedad también puede ser parte de la solución. La información que tengan las personas es clave para que puedan ubicar la importancia de mejorar la política social. Frecuentemente, las personas más pobres declaran que no lo son y las personas más ricas sostienen que no son tan ricas y a veces se incluyen dentro de la clase media. Ello podría responder a muchos factores, pero uno de ellos podría ser la falta de data que les permita compararse con el resto de las personas en términos de toda la distribución. La información, a veces, cambia las actitudes.

En conclusión, es muy distinto generar la expectativa de un cambio, sobre todo en temas distributivos, y realmente concretarla. La ENIGH es un instrumento más que nos obliga a repensar nuestra realidad distributiva, pero principalmente nos debe provocar una reflexión mesurada, cuidadosa, que dé cuenta de los enormes retos del país y apunte a una discusión sobre cuál es el proyecto de nación y el calibre de la política social que tanto necesitamos.

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2024 es un factor en esta historia. Para lo que resta de la actual administración no se observa un ánimo de cambio en la política social y, hasta el momento, no hay propuestas por parte de quienes están tratando de llegar a la Presidencia de la República. Lo único que se ha deslizado ha sido la intención de mantener los apoyos sociales bajo sus actuales términos. Es decir, la política se está imponiendo.

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Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión.

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