Es aquí donde surge el dilema, ¿el aumento propuesto para 2024 es una medida correctiva necesaria o un salto sin red? ¿Es un acto de equilibrio económico o de campaña política? Como crítico de la política salarial, he señalado que estos aumentos "desproporcionados" son el resultado de años de inacción y medidas salariales a medias. En este sentido, me inclino a rechazar la noción de que aumentos al salario mínimo deteriorarán las expectativas o generarán alta inflación, como consecuencia directa de estos ajustes salariales.
La inflación actual y reciente en México fue impulsada por una política monetaria expansiva y por shocks externos, no por el incremento del salario mínimo. Aunque un aumento en el salario general puede, en teoría, incrementar la demanda de dinero, no es el motor principal de la inflación en la actualidad. De hecho, el salario en lo general, como costo de la producción debería ponderarse en no más de un cuarto del costo total de producción de la economía. Por ello, si el mínimo aumenta un 20%, la proporción de contagio a la inflación debe ser realmente mínima. Ya que el salario mínimo no es un salario tan representativo en la economía y dado su nivel tan bajo, no tiene grandes afectaciones en el agregado.
Por otro lado, el Banco de México ya ha implementado un freno monetario a través de las tasas de interés para contrarrestar la inflación, y el incremento salarial al mínimo debería pretender compensar la pérdida de poder adquisitivo del salario en los periodos de alta inflación.
Hay un punto adicional que me gustaría resaltar. La inflación general medida por el índice de precios al consumidor es una medición consolidada y reduccionista de la inflación. Los trabajadores que reciben el salario mínimo, y otros millones de trabajadores que están dentro de una curva salarial baja alrededor del mínimo, enfrentan una inflación más alta y agresiva, sesgada por los altos precios de los alimentos y de la canasta básica. Por ello, los aumentos "desproporcionados" al salario mínimo tienen más sentido para consumidores que están más expuestos a inflaciones mayores.