En consecuencia, existe un creciente interés por parte de inversionistas, acreedores financieros y las contrapartes que conforman la cadena de valor a la que una empresa pertenece por conocer información adicional a la que tradicionalmente proporcionan los estados financieros en temas ASG-como el cambio climático, la diversidad de género o los riesgos en la cadena de suministro- para comprender si una empresa tiene o no la capacidad de mantenerse en el largo plazo.
El impulso hacia la sostenibilidad y la atención al cambio climático han llevado al mercado bursátil a desarrollar regulaciones específicas para estandarizar la divulgación de información en estas áreas. De acuerdo con la base de datos de las Bolsas de Valores Sostenibles de las Naciones Unidas, en la actualidad más de la mitad de las bolsas de valores en todo el mundo (71) han establecido metodologías y estándares de divulgación de sostenibilidad; una cifra que contrasta con las 13 bolsas que lo hacían en 2015. Además, se han implementado normativas obligatorias en 27 mercados, de los cuales 16 son considerados emergentes.
Un ejemplo de esto es que el Reino Unido tiene previsto desarrollar una metodología de divulgación de sostenibilidad basados en los estándares IFRS S1 y S2 elaborados por el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad, ISSB por sus siglas en inglés. Estos estándares servirán como base para una regulación que requeriría a las empresas informar sobre sus riesgos y oportunidades relacionados con la sostenibilidad, incluyendo el cambio climático.
En el contexto nacional, México no se queda atrás. El pasado 16 de marzo de 2023 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público publicó la primera edición de la Taxonomía Sostenible de México (TS). Un sistema de clasificación que permite identificar y definir actividades, activos o proyectos de inversión con impactos medioambientales y sociales positivos, con base en metas y criterios establecidos.
Los objetivos de la TS incluyen la mitigación y adaptación al cambio climático, gestión de recursos hídricos, conservación de ecosistemas y biodiversidad, impulso a la economía circular, prevención y control de la contaminación, todos alineados con los Principios de Gobernanza Climática. Esta Taxonomía utiliza el Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (SCIAN) y está basada en criterios como la contribución sustancial, el no daño significativo y salvaguardas mínimas.
También a finales del 2023 se publicó una reforma a la Ley del Mercado de Valores que incluye la obligación para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de establecer disposiciones de carácter general en materia de desarrollo sostenible, así como para fortalecer la equidad de género, orientadas a promover, informar y evaluar la adopción de mejores prácticas en materia ASG por parte de las sociedades del mercado de valores, otras emisoras y demás participantes en el mercado de valores.
