Un estudio del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) señala a México como el segundo país con mayores emisiones de contaminantes en la región, representando el 17% del total, con el sector industrial y eléctrico a la cabeza de la producción de estos contaminantes.
La economía circular se presenta como una propuesta innovadora y sostenible, pero este modelo es solo el comienzo de la verdadera revolución industrial que las empresas deben adoptar. Evolucionar hacia un plan de operación que preserve el capital natural, fomente los sistemas de reutilización, reciclaje y reparación, ayudará a prolongar la vida útil de los productos. En México, se generan diariamente 102,000 toneladas de residuos sólidos, de las cuales se recolecta el 83%, pero solo se recicla el 9.63%, según datos de la Semarnat (2017). Esto nos muestra claramente una importante área de oportunidad.
Además, los líderes empresariales deben invertir en la descarbonización de la cadena de valor de sus empresas y continuar apostando por energías limpias. La actual generación de líderes debe tener como prioridad reducir la huella de carbono de sus empresas, involucrándose en los procesos industriales para optimizarlos y transformarlos hacia procedimientos más inteligentes, sostenibles, e incluso digitalizados y automatizados.
Desde el sector de la gestión de la energía, se ha identificado la tecnología como un habilitador clave de la economía circular y de la reducción del impacto al medio ambiente. La automatización y la digitalización permiten un seguimiento más preciso y una gestión eficiente de los recursos a lo largo del ciclo de vida de los productos. Herramientas como el Internet de las Cosas (IoT), así como la Inteligencia Artificial (IA) facilitan la recopilación de datos en tiempo real, lo que permite a las empresas tomar decisiones informadas y optimizar sus procesos de reutilización y reciclaje.
Hoy más que nunca, las empresas deben optar por la colaboración y la cooperación, ya que la sostenibilidad de las empresas solo será posible si se implementan estrategias globales en conjunto, que permitan realizar cambios contundentes con un impacto real.