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Autonomía en desvanecimiento

El otrora afamado Banxico ya no existe. Comenzó a desaparecer en el 2018, y hoy, ya no sólo no es semillero de funcionarios, sino que vive sus más tristes episodios.
vie 19 julio 2024 06:10 AM
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Debemos recordar que el balance más reciente apunta a que el Banxico muestra un balance negativo, esto es, está quebrado, apunta Gabriel Reyes Orona.

Como era de esperarse, en Palacio Nacional ya se escriben los proyectos para regresar al Banco de México a la posición de ser una dependencia más del Ejecutivo Federal. Molestó, en un inicio, que los funcionarios y empleados de ese instituto laboren amparados en contra de las medidas de racionamiento salarial. Posteriormente, vino otra molestia, al no recibirse el remanente de operación, como consecuencia de la locuaz aventura de tipo de cambio que vive el país.

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Desde que inició esta administración se hizo burla y escarnio de la independencia, nominando a personajes que no cumplen con los requisitos establecidos en ley, pero hoy, para todos es ya claro que, en esos casos, lo que está mal es la ley, y no la decisión que tome el infalible gobierno que lleva en las alforjas el mandato de la turba.

Las hilarantes trayectorias de las que se dio cuenta en el Senado, al momento de valorar los méritos de quienes fueran propuestos como integrantes de la junta de gobierno, mostraban desempeño en cargos a los que se llegó, también, sin cumplir otras exigencias normativas. Sin embargo, para la peor legislatura de la historia, un par de designaciones ilegítimas bastan para legitimar una tercera. Se trata de funcionarios hechos al vapor, en posiciones que no dotaron a quienes ahora dirigen el derrotero de ese banco de los conocimientos, experiencia y formación necesaria.

Como dicen los legisladores oficialistas, ya no se trata de analizar o valorar las consecuencias que tendrá volver al esquema tercermundista del banco burocráticamente sujeto a los vaivenes de la politiquería, sino de cuándo esto sucederá. El botín está a la vista, y la urgencia por tomarlo hará obligada la dispensa de todo trámite. La reserva de activos internacionales sigue en la lista, después de los fideicomisos culturales, ambientales, tecnológicos y de fomento al campo. Sí, la prisa aumentó, dado que al parecer la SCJN no soltará con facilidad los recursos administrados por fideicomisos para cumplir obligaciones laborales con los trabajadores del Poder Judicial Federal.

Es lastimoso ver cómo, quienes integran el órgano de gobierno, cobran por asistir a tomar clase de banca central, con funcionarios que tienen décadas ganándose cada ascenso. Su azoro y sorpresa, ante variados temas selectos de las altas finanzas internacionales, no sale del quinto piso del edifico principal. Se guardan con sigilo las aterradoras preguntas, consultas y dudas que albergan quienes se supone tienen el timón a su cargo. Lo único que éstos han sabido hacer es conseguir el aval de publicaciones que se dedican a dar premios y reconocimientos artificiosos en la materia, lo cual, no es gratuito, ni producto de una ponderación técnica. Esas medallas de hojalata, a la hora de tomar decisiones, son inocuas.

El otrora afamado Banxico ya no existe. Comenzó a desaparecer en el 2018, y hoy, ya no sólo no es semillero de funcionarios, sino que vive sus más tristes episodios, mientras se hace trizas el servicio de carrera que alimentó sus filas.

Para quienes viven, laboran y acuden todos los días a los mercados financieros nacionales no es secreto, todos esos neoliberales tecnócratas de los que se queja tanto el tabasqueño, fueron reprobados para administrar las finanzas públicas, pero no para administrar las finanzas privadas de los allegados de la 4T. Una rápida revisión de dónde se encuentran haciendo fortuna los tan criticados economistas hace reír al más pintado, ya que están tan estrechamente ligados a los caudales de los morenistas, particularmente, a los tabasqueños, que toda crítica reivindicadora ha perdido la seriedad que pudo haber tenido en algún momento.

En ese mare magnum de incongruencia, a la vista está el despilfarro de los activos de reserva, que tendrán que ser usados, o quizá ya lo hayan sido, para pagar los que hasta ahora son conocidos como “programas sociales”, que tan útiles son para “ganar” elecciones. Sin embargo, se llevarán una sorpresa algunos de los funcionarios públicos, ya que se han creído las mentiras que ellos mismos profirieron. Sí, resultará que no todos los activos que integran la reserva son de a de veras.

Comenzarán encontrando depósitos bufos, como ese, que el más opaco, oscuro e incondicional asesor de la 4T, documentó a fondo perdido en favor del FMI por 14,000 millones de dólares. José Antonio Meade, en búsqueda del apoyo del agio internacional para su malograda candidatura, entregó esa importante suma a cambio de una promesa de apoyo financiero, es decir, a cambio de saliva. Se trata de una especie de comisión por apertura, pero sin obligación crediticia efectiva, que alcanza niveles impresentables. Es oportuno destacar que en el escándalo Segalmex se habla de 15,000 millones de pesos.

La genial operación con el organismo internacional involucra una suma parecida, pero en dólares. El quebranto se podrá apreciar con nítida claridad al abrir esa caja de pandora que el Banco de México mantiene en absoluto secreto, de la que sólo publica un laxo valor estimativo, ya que, no existe necesidad de llevar al cabo una valuación seria, mientras no exista una obligación legal de dar a tal caudal transparencia efectiva. Debemos recordar que el balance más reciente apunta a que el Banxico muestra un balance negativo, esto es, está quebrado. Así es, Meade Kuribreña no sólo le clavó alguna que otra jubilación balín, sino que tocó al banco central en su más profunda entraña, pero para él no habrá justicia, sólo gracia, por haber sido parte pasiva en el inconfesado pacto.

Mientras tanto, todo queda en casa, la alianza incólume, el equipo de Videgaray goza de cabal salud y opera como en sus mejores tiempos, pero ahora, lo hace en favor y provecho de quienes les acusaban de haber saqueado al pueblo de México. Se han convertido en una tecnocracia tropical, haciendo patente que todas las críticas encontraban razón en que no hacían ricos a los del sureste. Pero eso ha sido ya corregido.

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Los miembros de la Junta han ido entregando la plaza paulatinamente, en búsqueda de misericordia. La connivencia ha sido el precio que han pagado pretendiendo que las cosas sigan igual. Por ello posiblemente la reforma constitucional, en lo que respecta a la autonomía del banco central, quede como espada de Damocles. Pero el río hace rato suena, y la corriente es consistente en cuanto que ese modelo forma parte del esquema neoliberal, por lo que los que detentan el poder se han determinado a tomar como ejemplo la estulticia de los vecinos sureños, abandonando la noción de un banco central autónomo, para reconfigurar al instituto como una sucursal más del sistema financiero oficial.

A diferencia de lo que ocurre en el Poder Judicial Federal, el desaparecer la autonomía para regular el crédito, la moneda y los cambios será bien recibido por los miembros de la Junta, claro, mientras les aseguren las prebendas y privilegios ofrecidas cuando fueron llamados a ser aprendices. De darles una generosa pensión a cada uno de ellos, es claro que hasta aplaudirán.

El lance no es menor. A la fecha ni los expertos saben cuál será el detonador para la estampida financiera, aunque muchos, con razón, piensan que será la aprobación de reforma judicial. Siendo así, dada la ahora proverbial incondicionalidad del que antes fuera un contrapeso en las finanzas públicas es posible que la reintegración al sector público federal no ocurra en el presente año. Pero lo real es qué tan brillante idea, de concretarse, puede ser un game changer para los dueños del dinero.

La reserva de activos internacionales, en manos de un administrador profesional y serio, fue el fuelle amortiguador que permitió al país transitar episodios complejos desde hace ya 30 años. Pero hoy, no es sino el “resto” de un jugador de póker que cada día pierde credibilidad, y en ese juego, tal cualidad lo es todo. Es tiempo de observar con calma y cuidado la forma en que se trata este tema, porque, de materializarse, o quizá ya, de transparentarse, un saqueo de esa reserva, la formalidad del cambio constitucional puede ser ya irrelevante y hasta innecesaria; así es, los mercados son un buen entendedor.

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Nota del editor: Gabriel Reyes es exprocurador fiscal de la Federación. Fue prosecretario de la Junta de Gobierno de Banxico y de la Comisión de Cambios, y miembro de las juntas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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