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Trump y el sombrío panorama económico para México

Se sabe que Trump es de lengua larga y que las bravuconerías en campaña no se traducen necesariamente en acciones de gobierno.
jue 07 noviembre 2024 06:04 AM
México ocupa el primer lugar en el Índice de Riesgo de Trump en comercio
Donald Trump será presidente de los Estados Unidos por segunda ocasión.

Se cumplió el escenario fatídico para México y el mundo: Donald Trump ganó las elecciones presidenciales del martes en Estados Unidos e iniciará su segundo mandato el 20 de enero de 2025. Que un criminal sentenciado, misógino, xenófobo, populista, demagogo, nativista y homófobo regrese a la Casa Blanca es una mala noticia global, particularmente, para nuestro país.

Este texto presenta algunas claves del complejo panorama económico que nuestro país habrá de sortear con la llegada de la nueva administración Trump.

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En primer lugar, hay que mencionar lo obvio, presente tanto en su primer mandato como en los mensajes centrales de la campaña: el rechazo a ultranza a la migración –nuestro país, con un componente importante en ese tránsito de personas– y la amenaza de aranceles. Lo hizo en su primer mandato, cuando doblegó al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, bajo amenaza de incrementar aranceles, con lo cual consiguió la militarización de la frontera sur en México; y lo volvió a hacer en el cierre de campaña, con la nueva amenaza de imponerlos en 25%.

Ahora bien, también se sabe que Trump es de lengua larga y que las bravuconerías en campaña no se traducen necesariamente en acciones de gobierno. Por ejemplo, nunca se construyó el muro fronterizo entre ambos países, tal cual amenazó con hacerlo.

Llevar a cabo la imposición o incremento de tales aranceles significaría en los hechos terminar con el tratado de libre comercio, que, por cierto, está próximo a su renegociación –junto con Canadá– en 2026. Aquí hay un claro riesgo para México: a juzgar por la forma en que se impuso Trump en aquella negociación, las perspectivas no son halagadoras para nuestro país.

Dada la profunda interdependencia entre las dos economías, las decisiones que adopte la administración Trump tendrán significativas repercusiones en el país.

Dentro de la “guerra comercial”, que muy previsiblemente atizará Trump contra China, un aspecto central es respecto a las cadenas de suministro y la política comercial que ha adoptado Estados Unidos desde la compleja experiencia de la pandemia de Covid-19, que ha hecho al país más proteccionista. Aquí México tiene una oportunidad perdida. Conceptos que entusiasmaban como nearshoring, friendshoring u onshoring, en los hechos, se van haciendo más volátiles, ante la política de protección de las manufacturas y los derechos laborales de los estadounidenses.

En esa lógica, es de esperar que el gobierno de Trump intente reducir los equilibrios comerciales –no solo con el gigante asiático– sino también con nuestro país, vía la imposición de aranceles.

En un ámbito multilateral, será importante ver cuáles van a ser las políticas a adoptar en mecanismos en los que ambos países son parte. Por poner algunos ejemplos, los compromisos sobre energías limpias y renovables de los que Trump sacó a Estados Unidos –la COP– durante su primera administración o los términos por aplicar a la OCDE relativos a su política fiscal global. La posible lógica sería tratar de revertir los avances en acuerdos globales de la administración Biden en materia de regulación financiera, tecnología, inteligencia artificial, ciberseguridad y medioambiente.

En cuanto a la fuerza laboral calificada y no especializada, la agenda Trump es bastante clara: controles mucho más estrictos para ordenar la migración que da lugar a empleos para trabajadores no calificados y, en el caso de los empleos de alta especialidad, que se incrementen los requisitos para obtener visados de negocios, en la lógica de privilegiar el capital laboral doméstico.

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Tampoco hay que soslayar la dimensión de la economía del narcotráfico y del crimen organizado. La gravedad de la crisis social en Estados Unidos, primero ocasionada por los opioides y profundizada con el fentanilo, será un tema de atención central para Trump. Aquí está focalizada una gran batería de ataques para nuestro país, a quien no se ha cansado de señalar como el culpable de la siniestra plaga que, recientemente, causa la muerte por año y la segregación de la vida social a más estadounidenses que cualquiera de las guerras en las que el país se haya involucrado.

Finalmente, el tema del dólar y el tipo de cambio. La depreciación que de inmediato sufrió el peso ni bien se iba haciendo más evidente el triunfo de Trump, no necesariamente significa que se vaya a recrudecer.

En suma, como además Trump tendrá el control de las dos cámaras del Congreso, será previsible que, ni bien inicie su mandato, arranque con acciones ejecutivas y decretos legislativos, cuyos efectos nocivos se dejarán sentir de manera inminente.

Esperemos que México reaccione con capacidades institucionales, más allá de la utilizada saliva para enfrentar los graves desafíos en el horizonte político y económico en la relación bilateral más importante que tiene nuestro país.

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Nota del editor: Horacio Vives Segl es licenciado en Ciencia Política por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y doctor en Ciencia Política por la Universidad de Belgrano (Argentina). Síguelo en Twitter . Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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