En la era digital actual, los hábitos de consumo de entretenimiento están experimentando transformaciones significativas. Eventos tradicionales como los Globos de Oro y los Premios Óscar, que alguna vez captaron la atención masiva, ahora enfrentan desafíos para mantener su relevancia frente al auge de nuevas formas de entretenimiento, como The Game Awards o como se lo conoce GOTY, la ceremonia que celebra lo mejor de la industria de los videojuegos. Este cambio no es solo numérico, sino también cultural, marcando un punto de inflexión en las preferencias de las audiencias globales.
El ascenso del gaming y el futuro de las ceremonias tradicionales
La 82ª edición de los Globos de Oro, transmitida el pasado 5 de enero de 2025, atrajo a un promedio de 10.1 millones de espectadores a través de CBS y Paramount+. Esta cifra representa un ligero incremento respecto a los 9.4 millones del año anterior. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, este tipo de aumentos se sienten insignificantes frente a los números que está generando el gaming.
The Game Awards 2024, celebrados el 12 de diciembre, establecieron un récord impresionante con 154 millones de transmisiones en vivo a nivel mundial, un aumento del 31% respecto al año anterior. La brecha entre estas cifras no solo es abrumadora, sino que también pone de manifiesto una tendencia clara: mientras que las ceremonias tradicionales dependen en gran medida de la televisión convencional y, en menor medida, de las plataformas de streaming, eventos como The Game Awards han capitalizado la naturaleza interactiva y global de las transmisiones en línea.
El gaming ofrece experiencias participativas que resuenan especialmente entre las generaciones más jóvenes, acostumbradas a la inmediatez y la personalización en su consumo de contenido. En este contexto, el notable éxito de los GOTY no es un fenómeno aislado, sino una muestra de cómo las nuevas formas de entretenimiento están desplazando a los formatos tradicionales. Por eso en marco de las nominaciones de los próximos Premios Óscar, que alguna vez simbolizaron el pináculo del arte cinematográfico, ahora enfrentan retos significativos para mantenerse relevantes en un panorama mediático que prioriza la conectividad y la interacción.
Los Premios Óscar, aún hoy, dependen de tres pilares principales: la asistencia a las salas de cine, la televisión tradicional y, en menor medida, las plataformas de streaming. Aunque la Academia ha comenzado a reconocer producciones de streaming, reflejando una apertura hacia nuevas formas de distribución y consumo, este cambio ha sido lento. El problema radica en que el modelo tradicional de los Óscar parece desconectado de las expectativas de una audiencia que prioriza la inmediatez, la accesibilidad y la posibilidad de personalizar sus experiencias de entretenimiento.
La próxima revelación de los nominados a los Premios Óscar, programada para el 23 de enero de 2025, es una oportunidad para reflexionar sobre cómo esta prestigiosa ceremonia puede evolucionar para no quedar relegada en un panorama mediático cada vez más competitivo. A pesar de su legado, los Óscar enfrentan un doble desafío: atraer a nuevas generaciones y mantener el interés de las audiencias tradicionales. Estrategias como la inclusión de nuevas categorías que reflejen las tendencias actuales, una mayor interacción con el público a través de plataformas digitales y la promoción de narrativas más inclusivas podrían ser pasos importantes para revitalizar su relevancia.
Mientras tanto, el gaming no solo ha consolidado su posición en el mercado, sino que también ha redefinido la manera en que las audiencias se involucran con el contenido. Este crecimiento exponencial subraya una transformación cultural donde el entretenimiento deja de ser una experiencia pasiva para convertirse en una vivencia interactiva. Los videojuegos no solo ofrecen historias inmersivas, sino que también crean comunidades globales donde los jugadores pueden interactuar entre sí y con los creadores de contenido en tiempo real.
En este contexto, eventos como The Game Awards han sabido capitalizar las oportunidades que ofrece la tecnología. A diferencia de las ceremonias tradicionales, que a menudo son criticadas por su falta de inclusión o relevancia, The Game Awards celebran una industria vibrante y diversa que representa a un público global. La transmisión en múltiples plataformas, la participación activa de los espectadores a través de votaciones en tiempo real y una programación que combina entretenimiento, innovación y comunidad han convertido a este evento en un referente para las nuevas generaciones.
Es interesante también comparar estos eventos con otras formas de entretenimiento global, como los deportes. La final de la Copa Mundial de la FIFA 2022, por ejemplo, fue vista por aproximadamente 1,500 millones de personas, mientras que los Juegos Olímpicos atraen a más de 3,000 millones de espectadores a lo largo de su duración. Sin embargo, estas cifras reflejan hitos culturales que han sido construidos a lo largo de décadas. El gaming, en contraste, ha alcanzado su impacto global en apenas unos pocos años, destacando su capacidad de adaptación y relevancia en el mundo moderno.
El éxito de The Game Awards y su capacidad para atraer a millones de espectadores subraya una lección clave: la interacción y la personalización son el futuro del entretenimiento. Las generaciones jóvenes, acostumbradas a consumir contenido a través de plataformas digitales y redes sociales, buscan experiencias que les permitan no solo mirar, sino también participar. Este cambio plantea un desafío para los eventos tradicionales, pero también una oportunidad para innovar y conectar con una audiencia cada vez más diversa y exigente.
En un panorama mediático tan competitivo, adaptarse es la única manera de sobrevivir. Si los Premios Óscar, y otros eventos tradicionales, desean mantener su relevancia, deberán aprender de la industria del gaming y abrazar la digitalización, la interactividad y las comunidades globales como parte de su estrategia. Esto implica no solo adoptar nuevas tecnologías, sino también cambiar la narrativa para reflejar los valores y aspiraciones de un público en constante evolución.
El entretenimiento está cambiando, y el gaming está liderando la revolución. La pregunta ahora no es si los eventos tradicionales podrán adaptarse, sino si podrán hacerlo a tiempo para no quedar relegados al pasado. En este nuevo panorama, la capacidad de innovar y conectar con las audiencias determinará qué eventos serán recordados como parte del futuro del entretenimiento global.
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Nota del editor: Matías Carrocera es experto en liderazgo, capital humano y visión empresarial, con una trayectoria destacada en el desarrollo de estrategias innovadoras. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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