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Neurodivergencia en el trabajo, el reto de pensar diferente

Es momento de comprometernos con entornos laborales más diversos, equitativos e incluyentes, donde las diferencias sean un motor y donde lo “normal” deje de ser la norma.
vie 24 enero 2025 06:01 AM
Neurodivergencia en el trabajo, el reto de pensar diferente
En México, las empresas tienen la oportunidad de convertirse en pioneras de una cultura organizacional inclusiva y diversa, especialmente al integrar a la neurodivergencia en sus políticas de contratación, desarrollo y retención de talento, señala Yunue Cárdenas.

La neurodivergencia es un tema invisible en nuestra sociedad. Una persona neurodivergente suele verse forzada a "enmascararse" para evitar prejuicios; las familias prefieren no mencionar esta condición por temor al “qué dirán”; las instituciones apenas comparten información al respecto; la política pública es insuficiente y las empresas la ven como una bandera que se limita a una fecha conmemorativa. Lejos de ser un tópico común, la neurodivergencia sigue siendo una “rareza”, que pocos conocen y que, lamentablemente, muchos prefieren evitar.

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Para las personas neurodivergentes —aquellas con autismo, dislexia, TDAH, altas capacidades, dispraxia, discalculia, Síndrome de Tourette o disgrafia— la situación es particularmente alarmante debido a que, encontrar barreras al tratar de integrarse en el mundo laboral es una norma.

Si bien, a nivel global, cada vez más empresas reconocen la importancia de incluir en su cultura un enfoque de respeto hacia la neurodivergencia, en México el avance aún es incipiente y muchas veces se queda en el “deber ser.” Esto deja a los colaboradores neurodivergentes expuestos a estereotipos, prejuicios, discriminación y violencia, que no solo frenan su potencial, sino que comprometen su salud mental.

Se trata de un círculo vicioso en el que las personas neurodivergentes son relegadas, al tiempo que las empresas pierden una valiosa fuente de creatividad, innovación y eficiencia. También se perpetúa la discriminación que imposibilita el progreso social y la creación de entornos de trabajo incluyentes y diversos.

El reto laboral

Las personas neurodivergentes que están en busca de un trabajo se topan con barreras diversas: desde un proceso de selección dirigido a personas neurotípicas, de esos que ignoran la riqueza que puede aportar la neurodivergencia, hasta la falta de entornos laborales que respondan a las necesidades de estos colaboradores.

Hoy, en pleno siglo XXI, sorprende que aún sean pocas las empresas que comprenden lo que es la neurodivergencia y lo que esto implica para sus organizaciones, que va mucho más allá de ser reconocidas como incluyentes y diversas.

En primer lugar, los colaboradores neurodivergentes, en algunos casos, pueden aportar una gama impresionante de habilidades y perspectivas. La innovación, la creatividad, la capacidad de resolución de problemas y el pensamiento analítico son solo algunas de las fortalezas que pueden aportar a sus equipos. Su atención al detalle y su capacidad de concentración, también suelen ser recursos invaluables.

Pero, para que esto suceda, es fundamental que comprendan que su inclusión no se limita a un cambio en las políticas de contratación. Debe implicar una transformación profunda en la cultura organizacional. La seguridad psicológica es un componente clave para que este tipo de colaboradores tengan un entorno laboral en donde se sientan cómodos y puedan mostrar todo su potencial.

Aspectos como la flexibilidad horaria, la modificación del entorno, el uso de tecnología asistida y la asistencia de especialistas en salud mental, pueden marcar una diferencia significativa en la atracción y retención de talento neurodivergente.

Hacia un mundo laboral más diverso

Por ello, las organizaciones que invierten en formación, que implementan programas de mentoría y que ajustan sus procesos para ser más incluyentes, no sólo están transformando la vida de los colaboradores neurodivergentes, sino también están dando pasos contundentes hacia un mundo más diverso.

En México, las empresas tienen la oportunidad de convertirse en pioneras de una cultura organizacional inclusiva y diversa, especialmente al integrar a la neurodivergencia en sus políticas de contratación, desarrollo y retención de talento.

Al establecer programas de mentoría, adaptar los procesos de selección para reconocer diferentes formas de talento, y crear ambientes de trabajo con espacios para la regulación de estímulos sensoriales, emocionales o cognitivos a los que están expuestos los colaboradores neurodivergentes, pueden permitir que estos florezcan y, a la vez, enriquecerse con habilidades difíciles de encontrar en candidatos neurotípicos.

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El panorama laboral para las personas neurodivergentes está pidiendo a gritos una transformación profunda. Las empresas tienen frente a sí una oportunidad única: dejar de ver la neurodivergencia como un reto y empezar a valorarla como una fuente de talento excepcional. Adaptar sus procesos y mentalidades no solo beneficia a sus colaboradores; también fortalece el desempeño y la innovación en el negocio.

Las barreras estructurales y sociales aún pesan, pero el potencial es enorme. Las empresas que se atrevan a romper estos moldes y apostar por la inclusión genuina no sólo enriquecerán su cultura laboral, sino que abrirán camino hacia la verdadera disrupción en su forma de trabajar y de crear.

Es momento de comprometernos con entornos laborales más diversos, equitativos e incluyentes, donde las diferencias sean un motor y donde lo “normal” deje de ser la norma.

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Nota del editor: Yunue Cárdenas es CEO de Menthalising. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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