La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, podría tener en el gas natural y etano dos aliados clave que le ayuden a fortalecer las perspectivas económicas del estado. Como se ha mencionado en entregas anteriores, ambos insumos son fundamentales para la industria petroquímica asentada en el sur de la entidad, donde por años – si no es que por décadas - se ha enfrentado una escasez crónica de dichas materias primas.
Gas natural y etano, aliados de Nahle en Veracruz

La falta de gas natural y etano no se debe únicamente a la caída en la producción nacional. Otro factor importante es la falta de infraestructura (de transporte y almacenamiento) adecuada que permita que las empresas usuarias tengan opciones de suministro. Esta ausencia de alternativas ha condenado a las cadenas petroquímicas, desde los complejos de Pemex hasta las industrias que transforman estos insumos, a operar por debajo de su potencial. Todo esto ha frenado la inversión en el sector, afectado la competitividad, y comprometido el desarrollo industrial del estado.
Hoy, la solución está a la vista.
Veracruz espera el pronto inicio de operaciones de dos proyectos considerados estratégicos: la Terminal Química Puerto México (TQPM) de Braskem-Idesa y Advario y el gasoducto Puerta al Sureste de TC Energy y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). El primero permitirá importar y almacenar etano - el principal insumo de la petroquímica -, mientras que el segundo es un gasoducto submarino que busca incrementar el suministro de gas natural a la zona industrial de Coatzacoalcos (y el sur del país).
El gasoducto Puerta al Sureste representa un caso de cooperación entre el sector privado, en este caso TC Energy, y la CFE, lo que demuestra que es posible construir alianzas estratégicas para atender los desafíos más apremiantes del sector energético del país.
Esta experiencia deja claro que la colaboración público-privada no solo puede facilitar la ejecución de proyectos de gran escala con alto impacto económico y social, sino que también sienta un precedente valioso que podría - y debería - replicarse en otras áreas estratégicas del sector donde los requerimientos de inversión son altos. La industria petroquímica podría ser una candidata para este tipo de modelos de colaboración.
Por su parte, con la inminente entrada en operación la Terminal Química Puerto México no se puede evitar especular sobre la posibilidad de que se abran nuevos horizontes no solamente para Etileno XXI, sino también para la industria petroquímica de la región, es decir, que la misma Pemex pueda en algún momento beneficiarse del aumento de la disponibilidad de etano y, a través de una mejor articulación de sus activos en la región, reactivar la cadena del etileno.
Dicho esto, la nueva capacidad de importación y almacenamiento que estos proyectos representan podría ser el detonante que la petroquímica estatal y privada necesita para revertir la subutilización de sus plantas y, con ello, generar un entorno más propicio para atraer nuevas inversiones al corredor industrial del sur de Veracruz.
También hay que poner la mirada en el entorno nacional, ya que tanto la TQPM como el gasoducto Puerta al Sureste están alineados, en mayor o menor medida, al Plan México que la presidenta Sheinbaum presentó hace unas semanas. Ahí, se establece como objetivo aumentar la producción de granos básicos como el maíz, frijol y arroz, lo cual puede apoyarse al transformar el gas natural en amoniaco y éste a su vez en fertilizantes. De igual manera, el Plan contempla incrementar la producción de petroquímicos a través de proyectos mixtos, una meta que podría materializarse al existir una mayor disponibilidad de gas natural y etano en la región.
Otro componente clave del Plan México es la disminución de importaciones desde aquellos países con los cuales no se tiene tratado de libre comercio, como Rusia. En ese sentido, Veracruz podría jugar un papel relevante a través de la producción de fertilizantes (urea), reduciendo la dependencia externa y contribuyendo a fortalecer la seguridad alimentaria.
En conjunto, estos proyectos y objetivos no solo podrían reactivar el potencial económico e industrial de Veracruz, sino que también se insertan en una agenda de desarrollo nacional mas amplia. En materia de energía y desarrollo regional, la dupla Sheinbaum-Nahle tiene mucho a su favor para ser fructífera en Veracruz.
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Nota del editor: Adrián Duhalt es analista del sector energético. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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