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Fake News, bombas y algoritmos, la otra guerra tras el ataque a Irán

En este escenario, el mayor riesgo no es la mentira aislada, sino el ecosistema que la legitima, la reproduce y la instala como verdad aceptada.
vie 27 junio 2025 05:56 AM
trump
Estados Unidos realizó un ataque con bombas a los sitios nucleares de Irán, entre ellos Fordow, Natanz e Isfahán, de acuerdo con lo publicado por Donald Trump, presidente de Estados Unidos, el pasado 21 de junio en su cuenta de X.

El 21 de junio de 2025, Estados Unidos lanzó un ataque contra instalaciones nucleares en Irán. El mundo reaccionó con declaraciones diplomáticas, movilizaciones militares… y millones de publicaciones en redes sociales. Entre imágenes impactantes, videos "filtrados" y mensajes virales, una pregunta se volvió urgente: ¿qué es real y qué es manipulado? En este conflicto, la desinformación no es un efecto colateral: es una estrategia paralela, alimentada por propaganda estatal, contenidos generados con inteligencia artificial (IA) y errores de verificación automatizada.

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Horas después de los bombardeos, redes como X, TikTok y Telegram se inundaron de videos que aseguraban mostrar ataques aéreos, incendios en ciudades iraníes y misiles interceptados. Sin embargo, investigaciones del Digital Forensic Research Lab (2025) confirmaron que muchos de esos materiales eran engañosos: clips breves sacados de contexto, editados con efectos visuales o generados por IA. Algunos provenían incluso de videojuegos como ARMA 3, una práctica ya vista en conflictos previos, pero ahora potenciada por la velocidad de replicación de las plataformas digitales.

Las falsificaciones no se limitaron a imágenes borrosas. Varias publicaciones utilizaron deepfakes para atribuir declaraciones falsas a líderes políticos, mostrar escenarios fabricados o manipular reacciones. Según el DFRLab, “nunca habíamos visto una saturación tan intensa de contenidos sintéticos en un conflicto armado como la observada en este caso”. Inclusive los usuarios, muchas veces sin herramientas para detectar la falsedad, han ayudado sin querer a amplificar narrativas erróneas que moldearon percepciones globales.

En medio del caos, Grok, el chatbot desarrollado por XAI, de Elon Musk, e integrado a X, fue consultado miles de veces como una supuesta fuente confiable. Pero en lugar de clarificar, ha confundido aún más: ha dado respuestas contradictorias, repetido rumores no verificados y citado publicaciones sin sustento. El análisis del DFRLab de más de 100,000 publicaciones en X reveló verificaciones inexactas y contradictorias de Grok en las respuestas sobre la guerra entre Israel e Irán. El laboratorio ha documentado cómo ante un mismo video, Grok podía afirmar que era falso, luego decir que era verdadero, o incluso atribuirlo a una fuente inexistente.

A juzgar por su exceso de confianza y sus frecuentes fallos, es evidente que la inteligencia artificial generativa no está lista para verificar hechos en tiempo real y menos en contextos bélicos.

El papel de la propaganda y las plataformas

La propaganda estatal y algorítmica tampoco se ha quedado atrás. Según ha documentado Newtral.es , desde el inicio de la ofensiva entre Irán e Israel, el pasado 13 de junio, ambos países “se han sumido en un intercambio de ataques que en redes sociales ha venido acompañado de una oleada de bulos”. La estrategia es la misma: videos sacados de contexto, escenas de videojuegos e imágenes generadas por IA.

De acuerdo con un informe especial de NewsGuard , desde el inicio de la guerra se “han identificado 22 afirmaciones falsas relacionadas con esta, y 62 sitios web que las han difundido”, sin exeptuar cuentas de redes sociales que han promovido la desinformación: desde derribos ficticios de jets israelíes hasta ataques a aeropuertos civiles desmentidos. Estas narrativas no solo han sido recogidas por medios internacionales y replicadas en redes sociales, sino también por los chatbots de IA, lo que ha potenciado el ruido informativo y dificultado el seguimiento del conflicto por parte de la ciudadanía global.

A medida que la guerra entre Israel e Irán se intensificaron con los bombardeos estadounidenses sobre Irán, las narrativas propagandísticas inexactas también fueron en aumento. Por ejemplo, los usuarios de redes sociales afirmaron falsamente que China envió aviones de carga militares a Irán, lo que demostraría el apoyo de Beijing a Teherán en la guerra. “La afirmación, basada en datos malinterpretados del sitio web de seguimiento de vuelos Flightradar24, fue retomada por algunos de los principales medios de comunicación y, finalmente, replicada por múltiples herramientas de inteligencia artificial generativa”, apunta NewsGuard.

La falta de verificación por parte de medios tradicionales, así como la consulta de chatbots para informarse, agravan el problema. “Muchos usuarios ahora recurren a los chatbots para verificar datos después de que Meta revirtiera su programa de verificación de datos de terceros en los Estados Unidos, a pesar de que los chatbots de IA advierten que no son fuentes confiables de noticias e información”, advierte NewsGuard.

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Así, una vez más, en medio de la niebla digital, nos encontramos ante una guerra que no solo se libra con misiles, sino también con memes, deepfakes y algoritmos. Las plataformas digitales, como en los videojuegos, son un campo de batalla, y la inteligencia artificial, un arma de doble filo. En este escenario, el mayor riesgo no es la mentira aislada, sino el ecosistema que la legitima, la reproduce y la instala como verdad aceptada. Combatirla exige más que tecnologías: requiere ética, educación y vigilancia activa por parte de todos los actores involucrados en el flujo informativo.

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Nota del editor: Maricarmen Fernández Chapou es Profesora del Departamento de Medios y Cultura Digital e investigadora del Observatorio de Medios Digitales del Tecnológico de Monterrey , Campus Santa Fe. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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