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Vacaciones y cultura laboral; el descanso también es una decisión estratégica

Una organización sana no es la que trabaja sin parar, sino la que sabe detenerse para avanzar con más fuerza.
mar 05 agosto 2025 06:00 AM
¿Semana Santa 2025 es oficial de descanso obligatorio? Esto dice la LFT de las vacaciones
Las organizaciones más productivas y sostenibles son aquellas que saben cuándo acelerar y cuándo hacer una pausa, apunta Ricardo Rodarte.

Con el inicio del periodo vacacional escolar en México, muchas personas intentan coordinar sus agendas personales y laborales para tomar un respiro. Sin embargo, los datos actuales revelan una realidad sobre la cual poner atención: en el país, la desconexión del trabajo sigue siendo un privilegio, no una práctica común.

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Según una reciente encuesta de OCC, solo el 7% de los profesionales en México toma vacaciones de manera constante durante esta temporada. Y más relevante aún: apenas el 27% logra desconectarse por completo, dado que la mayoría continúa atendiendo correos urgentes, mensajes de sus superiores o temas laborales, incluso en sus días libres.

Como líderes empresariales, no podemos ignorar lo que estas cifras representan: una cultura laboral que aún mide el compromiso en función de la disponibilidad y no de los resultados, la eficiencia ni el impacto. Estos hallazgos nos invitan a reflexionar con seriedad: ¿estamos gestionando equipos que descansan y logran revitalizarse para tener mejor desempeño o simplemente sobreviven?

Desde mi perspectiva, el descanso no solo es un derecho laboral, sino una decisión estratégica de negocio. Las organizaciones más productivas y sostenibles son aquellas que saben cuándo acelerar y cuándo hacer una pausa. Está comprobado que quienes descansan adecuadamente toman mejores decisiones, son más creativos y colaboran de forma más efectiva. Por el contrario, una cultura que glorifica la disponibilidad 24/7 deteriora la salud mental, agota la motivación y frena la innovación.

Desconectarse del trabajo debería ser algo natural dentro de una cultura laboral saludable. Sin embargo, los obstáculos son evidentes: 3 de cada 10 colaboradores atribuyen su falta de descanso a una cultura organizacional que exige estar siempre disponibles; una proporción similar señala presión directa por parte de sus líderes. ¿Qué mensaje estamos enviando si nuestros equipos sienten que no pueden apagar su celular ni siquiera durante sus vacaciones?

Si aspiramos a construir compañías sostenibles y atractivas para el talento, necesitamos redibujar nuestras prioridades. Como líderes siento que, en ocasiones, las responsabilidades no se detienen y muchas veces la presión justifica el estar siempre “disponibles”. Pero he aprendido que liderar también implica dar ejemplo y esto incluye fomentar —y respetar— los espacios de descanso, tanto propios como de nuestros equipos.

Además, liderar también significa saber soltar: construir procesos, estructuras y equipos que funcionen sin depender de una sola persona. Si no promovemos y ejercemos activamente el derecho al descanso, perpetuamos una cultura de desgaste que, a largo plazo, impacta el clima laboral, la motivación y la retención de talento.

Una organización que promueve una verdadera cultura de desconexión no lo hace solo a través de políticas o beneficios visibles, lo hace con liderazgos coherentes, estructuras que no castigan la ausencia y procesos que permiten redistribuir responsabilidades cuando alguien se toma un descanso. No se trata de vigilar, sino de confiar.

Desde la entrada en vigor de la reforma de vacaciones dignas en 2023, México amplió el número de días de descanso obligatorio. No obstante, su implementación aún es desigual: el 14% de los trabajadores afirma que no se le han otorgado los nuevos días y el 15% señala que su empresa ni siquiera ha implementado la reforma. Aplaudo los avances normativos, pero también me pregunto: ¿de qué sirve contar con más días de vacaciones si no podemos usarlos con tranquilidad? El verdadero progreso radica en garantizar que esos días se vivan con libertad, respaldo y sin culpa.

Hoy las organizaciones tienen una gran oportunidad para evolucionar: dejar de medir el rendimiento por horas conectadas y empezar a hacerlo por resultados, innovación y bienestar. Si 9 de cada 10 colaboradores consideran que aumentar los días de vacaciones impactaría positivamente su vida, el mensaje es claro: nuestros equipos están listos para modelos más humanos. Ahora, esperan que sus líderes abran el camino.

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Por eso, mi invitación a otros líderes es clara: aprovechemos esta temporada de verano para revisar nuestras políticas, hábitos y mensajes. Hablemos con nuestros equipos, abramos espacios de diálogo y, sobre todo, enseñemos con el ejemplo que descansar no es fallar, sino fortalecerse. Porque el verdadero reto no es aumentar los días de vacaciones, sino reconfigurar nuestras culturas organizacionales para que el descanso sea posible, real y productivo.

Una organización sana no es la que trabaja sin parar, sino la que sabe detenerse para avanzar con más fuerza.

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Nota del editor: Ricardo Rodarte es CEO de Redarbor México. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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