¿Nuevo orden? Restaurante chino debuta meseros robot
Es tentador pregonar cada nuevo anuncio del futuro automatizado de la humanidad con el mismo entusiasmo de las relaciones públicas que el de los creadores de nuestros últimos avances computarizados.
Hasta nosotros hemos caído en ello de vez en cuando.
Como cuando proclamamos que la ciencia ficción era un “hecho científico” después de que un hotel japonés revelara su personal robot ultra escalofriante.
Pero esta semana nos hemos estado preguntando qué tan progresivo es que un grupo de ciborgs torpes nos traigan a la mesa nuestros dumplings y pato rostizado.
Cuando el restaurante “Taste and Aroma” en Guiyang, capital de la provincia Guizhou de China, dio a conocer su nuevo personal robótico esta semana, pensamos “Genial, vamos a verlo”.
El problema es que los meseros robots han estado apareciendo en restaurantes a lo largo de toda China desde 2014 y con frecuencia no han llenado las expectativas.
El 4 de abril, el periódico Worker’s Daily de China reportó que tres restaurantes en la ciudad de Guangzhou despidieron recientemente a su personal robótico por su incompetencia.
“No solo no podían llevar la comida con mucho caldo, también se averiaban con frecuencia”, reportó un empleado.
“Así que nuestro jefe dejó de usarlos”.
Dos de los restaurantes que dependían de las máquinas de hecho tuvieron que cerrar.
¿Meseros tontos?
Si bien a primera vista los cinco nuevos robots de “Taste and Aroma” parecen muy futuristas, parece que sólo pueden moverse a través de caminos definidos y no pueden responder a las peticiones de los clientes.
Francamente, esperamos mucho más de nuestros internos -quienes en su primer día en la oficina pueden ser programados para traer té y café más rápido y menos costoso que los robots de cocina chinos de 6,500 dólares cada uno.
No nos malinterpreten.
Todavía estamos interesados en el futuro y en los robots.
La próxima vez que estemos en Guiyang, quizás hasta pidamos un plato de pasta a uno de ellos.
Asumiendo que vienen preparados con empatía para los turistas boquiabiertos, hasta le podríamos pedir que se tome fotos con nosotros.
Los medios locales de Guizhou incluso pusieron las manos en el fuego por su uniformidad, sugiriendo que no discriminarían entre diferentes clientes.
Pero hasta que sean capaces de entregarnos nuestra comida de manera tan eficiente como los meseros en patines de los comedores de la década de los 50, no nos preocuparemos mucho por que dominen el mundo.