Los implantes de chip en humanos, la puerta a un Internet privado y seguro
Pasó por múltiples profesiones; abogado, periodista, publicista; sin embargo, en 2014, a sus 35 años, su gusto por la programación y la paranoia por un Internet más privado, lo llevaron a implantarse un chip en la mano, como un experimento de ciberseguridad para cambiar el mundo.
“Así como Elon Musk supo que su misión era encontrar la forma de llegar a Marte, yo aquí encontré mi Marte”, dice en entrevista con Expansión Evgeny Chereshnev, vicepresidente global de marketing de Kaspersky Lab y un hombre biónico.
Durante la Cumbre Internacional de Analistas de Ciberseguridad de 2014, en Cancún, 'Che' –como le gusta que lo llamen–, se implantó un biochip NFC bajo la piel, entre el pulgar y el índice de la mano izquierda. El propósito, vivir conectado al Internet pero sin necesidad de introducir datos o passwords para cada aplicación o compañía nueva en control de un gadget, la única contraseña sería él mismo, y no tendría que entregar más datos a compañías como Facebook, Amazon, Apple, Google y Microsoft, mismas que él llama “el feudalismo digital”, pues están en control de la red a través de los datos de las personas.
“Estar siempre conectado de esa manera es como ser un esclavo. (...) el 'feudalismo digital' existe porque solo estas cinco compañías tienen todos nuestros datos y no tienes opción a no entregarlos para estar conectado”, advierte el abogado de profesión.
Para poder ser mantenerse de forma más privada pero a la vez conectado, Che propone una tecnología, que aclaró que espera tener lista para lanzar al mercado hacia finales de 2016, con la cual los humanos puedan ser parte del experimento de implantarse un chip en el cuerpo pero no ser rastreados.
“Será una tecnología que traiga la privacidad de vuelta. Aunque no será para todos”, dijo.
A partir de la patente recién obtenida por Kaspersky sobre el desarrollo de chips biométricos, Che busca que esta tendencia despegue. Aunque sabe que no será una tecnología de uso masivo, espera que sea una vía para que las nuevas generaciones tengan la opción de elegir entre un Internet gratuito, que implica la entrega de todo tipo de datos sensibles para tener un buen servicio, o uno en el que la persona tenga el control de sus datos.
“Esto va a tardar 40 o 50 años en ser masivo, pero es importante entender que ya se está trabajando en un tecnología que nos permita ser más libres. (...) las escuelas deben tomarse más en serio el enseñar no solo código y programación pero encriptación y la importancia de la privacidad”, dijo a los medios.
Che asegura que el uso de chips, cuya identificación o password cambia según el cuerpo, la localización o el movimiento, es una opción para ser más libres al estar conectados. Él cree que la libertad en Internet no se trata de que todo lo que está vertido ahí sea gratuito o abierto, sino que las personas tengan una opción para mantener sus datos al margen.
“Cuando las cosas son gratis, el producto eres tú y yo no quiero ser un producto”, dijo.