Hoy es el cierre de Vine, mañana podría ser el de Twitter
Los seis segundos de fama de Vine ya pasaron.
Twitter anunció el jueves 27 de octubre que pretende eliminar Vine, la aplicación de videos cortos que compró hace cuatro años con la intención de introducir video a la red social.
No se explicó la razón por la que Vine se cancelará. No obstante, la medida se anunció unas horas después de que Twitter confirmara que llevará a cabo recortes laborales considerables en un intento desesperado por ser rentable.
El que Twitter haya fracasado con Vine refleja las dificultades de Twitter en sí. A pesar de que la leal comunidad de millones de usuarios lo ama, Vine se vio afectada por la turbia visión de producto de Twitter, la incapacidad de seguirle el paso a la competencia y la falta de un camino claro hacia el éxito con las masas.
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Tal vez Twitter habría podido conservar el servicio justificadamente si no fuera porque está bajo una presión tremenda para reducir costos en donde sea posible y porque está empezando a dar señas de cambio como empresa independiente… si asumimos que no la comprarán pronto .
Cuando Twitter compró Vine en 2012 (por una suma que según los rumores ronda los 30 millones de dólares), ya había varias aplicaciones sociales de video parecidas, desarrolladas por empresas emergentes. Sin embargo, Vine tenía acceso a algo a lo que ninguna de ellas tenía: la gran base de usuarios de Twitter.
Tanto Twitter como Vine se centraron en la brevedad. De igual forma, ambas aplicaciones apelaron a la combinación de creativos, celebridades y marcas. Parecía lógico que tarde o temprano, Twitter pasaría del texto a las imágenes y de ahí al video.
Dick Costolo, director ejecutivo de Twitter en ese entonces, dijo tras la compra que Vine era " el próximo éxito ". Jack Dorsey, el actual director ejecutivo de la red social y cofundador, quien supuestamente presionó para que Twitter comprara Vine, dijo apenas en abril de este año que era una de las "adquisiciones fundamentales" de la empresa.
Sin embargo, para entonces las señales eran claras.
Snapchat e Instagram expandieron su oferta de video y sedujeron a los usuarios que en otras circunstancias habrían creado o consumido videos en Vine.
"Snapchat llegó y le comió el mandado a Twitter. Nunca lo superaron", tuiteó Mark S. Luckie, exgerente de noticias y periodismo de Twitter. "Siempre hay una empresa de tecnología más nueva y ávida que llega a robarse tu base de usuarios".
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Vine salió de la lista de las 100 principales aplicaciones gratuitas de la App Store de Apple a principios de este año y siguió cayendo desde entonces, según información de App Annie, un sitio que analiza las clasificaciones de las aplicaciones.
Vine tuvo otro problema similar a uno que tuvo Twitter: atrajo a usuarios influyentes, pero no logró volverse una plataforma en la que casi todos sienten la comodidad de publicar algo, como Facebook.
"No desarrolló una comunidad en la que todos sintieran que podían participar", dijo Josh Elman, exgerente de producto de Twitter.
A partir de los primeros meses de 2015, Twitter comenzó a centrarse más en la transmisión en directo de video en vivo con la presentación de Periscope . Ahora, Twitter apuesta a que puede volver a crecer gracias a las transmisiones en directo de los partidos de la NFL, de los debates presidenciales de Estados Unidos y más. En comparación con ese esfuerzo, Vine parecía un hijastro feo.
De hecho, solamente se ha mencionado a Vine en uno de los cuatro informes financieros que Twitter ha emitido este año. En todos se ha hablado largo y tendido de Periscope. De hecho, estos informes financieros suelen transmitirse por Periscope.
La lección es que una comunidad devota no es suficiente para mantener a flote un producto de redes sociales cuando es parte de una empresa que cotiza en la bolsa. Tiene que demostrar que tiene espacio para crecer y para ganar dinero si ha de sobrevivir.
Hoy es Vine. Algún día podría ser Twitter.