Emojis, la nueva herramienta de los psicólogos para estudiar el comportamiento
Aunque te gusten o no, las caritas felices o tristes, las bailarinas de flamenco con sus tacones y su vestido rojo y las manos que aplauden son parte de tu vida social, aunque digitalmente.
Si bien alguna vez fueron originales o tiernos, el mar de emojis que ahora está disponible a través de las distintas plataformas digitales es la manera perfecta de expresar tu alegría o tu tristeza cuando les envías mensajes a otras personas.
“Hola, ¿cómo estás?” ya no es una frase sencilla. Ahora suele ir acompañada de un círculo amarillo en el que también te sonríen.
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En un nuevo estudio publicado este martes en la revista Trends on Cognitive Sciences, un equipo de psicólogos argumenta que dado que nuestras interacciones diarias cada vez son más digitales, los científicos se beneficiarán de estudiar ese comportamiento más adelante. Sobre todo, dicen, por el uso cada vez más frecuente de los emojis con el fin de conseguir, en las interacciones digitales, la misma satisfacción que nos proporciona comunicarnos en persona con alguien.
Los investigadores de la Universidad Edge Hill del Reino Unido creen que los emojis permiten tener una comunicación no verbal -representada en gestos y expresiones faciales, entre otros- en el mundo digital actual.
Definir el significado
Solo mira las lágrimas que ruedan por la cara de alegría del emoji que acabaste de recibir, la conocida cara amarilla con los ojos entrecerrados y unas lágrimas que salen de ellos. Viendo esa cara llorosa pero feliz, sabes que la persona que te la envió piensa que algo es tan divertido que incluso te puede hacer llorar de la risa.
No hubiera sido posible expresar ese sentimiento solo con palabras (y sin decirlo explícitamente, por supuesto).
“Cuando una persona ve emojis se encienden diferentes regiones del cerebro”, dice Linda Kaye, profesora de psicología y quien lideró el análisis.
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“Vemos algo neurológicamente diferente, lo que implica que funcionan como comunicación no verbal”, explica.
En el mundo real, el uso de gestos con la mano y de otras expresiones juega un papel fundamental en la manera en que nos comunicamos con alguien. Ayudan a comprender el significado de lo que se quiere decir, mientras sutilmente abren una ventana hacia nuestro interior, que muestra lo empáticos y accesibles que somos, según Kaye.
Un emoji es una solución efectiva cuando no puedes ver a la persona con la que te estás comunicando. “Es la forma en que te expresas emocionalmente”, dice Kaye. Y la selección que hagas de emojis puede alterar de manera dramática la frase que la acompaña o la forma en que debes responder.
Imagina que recibes este mensaje de tu mejor amigo: “Me tropecé con el armario y me pegué en la cabeza” seguido de la icónica cara sonriente. Sabrás que la persona no está herida y que, de hecho, se está riendo de su torpeza.
La misma frase seguida de unos ojos cerrados hacia abajo y los labios caídos, la clásica cara triste, causará una reacción muy diferente, o al menos debería.
Ningún emoji podrá expresar el significado literal de esa frase y tal vez obtenga la misma respuesta que la cara triste, porque es lo normal cuando alguien te está contando que se lastimó. Pero el hecho de que esa persona está molesta con ella misma puede no quedar claro y en ese caso el uso de un emoji ayuda a comunicar cómo se está sintiendo.
“Cambia la forma en que alguien debe interpretar el texto”, dice Vyvyan Evans, profesor de lingüística de la Universidad Bangor del Reino Unido y autor del libro The Emoji Code (El código Emoji), que se publicará próximamente. Según Evans, quien no estuvo involucrado en el análisis, “los emojis facilitan una comunicación más efectiva”.
Aunque te gusten o no los emojis, es probable que los hayas utilizado en algún momento. Kaye cree que su uso se ha generalizado y que pueden revelar lo que alguien de verdad piensa sobre un asunto específico; por ejemplo, durante encuestas científicas, para garantizar que los mensajes “no sean ambigüos”, dice. “Podríamos usarlos más en experimentos psicológicos”, agrega.
Muchos museos, compañías e incluso redes de transporte ya están recurriendo a una versión moderada de eso al utilizar una escala de caras que sonríen que van desde la feliz hasta la triste en lugar de números, cuando piden que los usuarios califiquen sus servicios.
La psicología de los emojis
En un estudio publicado en el 2016, Kaye identificó algunos rasgos de personalidad gracias al uso que las personas hacen de los emojis.
Uno de sus hallazgos más importantes fue que la gente que los utiliza tienden a ser más simpáticas. Eso también se aplica a las personas que frecuentemente usan expresiones faciales o que varían la entonación cuando hablan cara a cara con alguien.
Otro factor que identificó con su equipo fue que las personas que normalmente usan emojis son más receptivas socialmente y tienen más empatía, lo que las hace también más accesibles.
“Dice algo sobre la forma en que comprendemos a los demás y en que podemos interactuar con la gente”, afirma Kaye.
En una exploración más profunda realizada durante el estudio, las personas que son más conscientes de cómo les llegan a los demás son menos propensas a usar emojis tristes.
“Entre más consciente sea la persona de sí misma, menos usará esos emojis”, dice la experta.
Pero la edad también juega un papel fundamental en todo esto, por supuesto. La vida diaria de la población más joven ha sido permeada por el mundo digital desde una edad muy temprana.
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Los hallazgos del estudio se aplican con fuerza a las redes sociales y las aplicaciones para comunicarse, pero no tanto al correo electrónico. “Los correos electrónicos son considerados como algo más profesional”, afirma Kaye.
La investigación previa encontró que casi el 80% de las personas que participaron en el estudio usan emojis cuando envían un mensaje, mientras el 76% los utiliza en Facebook y solo el 15% lo hace en correos electrónicos.
Evans cree que aceptar los emojis es la única opción que en un futuro tendrán las personas que quieran interactuar de manera productiva. “Alguien que no los use es alguien que no sabe comunicarse efectivamente y, por ende, que tampoco es efectivo en provocar una respuesta emocional”, dice.
Kaye destaca el ejemplo de los sitios de citas, como Match.com, en los que los resultados de la encuesta muestran un gran éxito en encontrar pareja entre las personas que frecuentemente usan emojis en sus mensajes en línea. El mismo sondeo también encontró que los que utilizan emojis son más propensos a casarse y que el uso adecuado de los emojis también tiene sus límites.
“Es algo que existe en este momento y la gente necesita utilizarlo”, dice.