La innovación tecnológica mexicana tiene un futuro incierto
CIUDAD DE MÉXICO (Expansión).- De acuerdo con el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (IMPI), el número de patentes en México ha crecido en algunas oficinas e institutos de investigación. Por ejemplo, la Universidad Nacional Autónoma de México generó, en 2017, 43 patentes de las 53 solicitudes que tramitó.
Estados de la República como Jalisco, Querétaro, Guanajuato y Nuevo León también empiezan a destacar en el tema, sin embargo, no es suficiente para la demanda de innovación que exige la industria.
Enzo Gavina, director de la plataforma Biobiz, la cual se encarga de vincular a gobierno, industria y emprendedores en la generación de proyectos de alto valor, precisa que aunque ya existe mayor atención en el tema por parte de algunas instituciones, otras siguen frenando el entorno de innovación y emprendimiento.
“IMPI es un generador y vinculador de patentes y en México tenemos datos de que 1,000 patentes están detenidas o están sin comercializar. En este sentido el trabajo que hacen Inadem o Conacyt frenan que estas patentes vean la luz ya sea por razones de confidencialidad o por los estatutos que se les da a los los emprendedores”, señaló Gavina en entrevista con Expansión.
De acuerdo al Inadem, la integración que tienen en sus cadenas de innovación y la productividad de emprendedores se basan en cuatro líneas de acción: desarrollo de habilidades y capacidades, innovación, adopción y desarrollo tecnológico, acceso a financiamiento y articulación de cadenas de valor.
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Y en específico, en el caso de patentes, tienen una alianza con Conacyt, a través del Fondo de Innovación Tecnológica, y los resultados que han tenido de 2013 a 2017 han sido destinados a 186 iniciativas de innovación por un monto que asciende a 602.5 millones de pesos. Mientras que el apoyo que declara Inadem a emprendedores y MyPyMEs ha beneficiado a 4 millones de emprendedores.
Por su parte el directivo de Biobiz asegura que los esfuerzos se están realizando en varias instituciones y academias pero, al mismo tiempo, el ambiente emprendedor y de generación tecnológica se sigue viendo mermado por falta de gobernanza, el acceso a un fideicomiso con objetivos claros y el poco interés por parte de las empresas a invertir en pequeñas firmas.
“Hemos detectado algunos problemas en la venta de los productos de los emprendedores, muchos de ellos no sabe cómo tramitar una patente, qué regulación existe y cómo pueden generar las condiciones para la comercialización”, argumenta Gavina.
Otro problema que identifica el directivo de Biobiz es que la infraestructura que hay en las academias no permite que se trabaje en conjunto, lo que provoca que cada institución esté enfocada en sus propios planes de emprendimiento e innovación.
“Varias entidades destacan en el país, también varias escuelas, como el Cinvestav, la UNAM o el Tec de Monterrey, pero también estas sufren la apatía del mercado, sufren la poca creencia de las empresas ante proyectos que podrían generar empleos e innovación de alto valor”, hace hincapié Gavina.
Una de las consecuencias que pueden suceder por la falta de un entorno de innovación efectivo es la fuga de cerebros, pero también la de patentes.
Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) indican que alrededor del 13.5% de los mexicanos que tienen un nivel de posgrado se encuentran en Estados Unidos, aumento que ha sucedido de forma gradual del 2000 al 2015, pues pasó de registrar 354,000 profesionales a más de un millón de personas en 2015.
Parte del problema de la fuga de cerebros es la falta de infraestructura laboral que contrate a estos profesionales, así como el poco vínculo entre las cámaras empresariales con instituciones educativas.
“Las cámaras de industria no tienen vínculos con la academia, ni con vinculadores, ni con los emprendedores y estas anclas que se podrían hacer entre ellos no existen o existen muy pocos vínculos”, comenta en entrevista Gavina.
¿QUÉ PASARÁ CON EL NUEVO GOBIERNO?
Acorde a lo que Gavina indica, han logrado ver el nuevo plan de Conacyt y aunque el esfuerzo existe, la planeación no es suficiente para lo que requiere México.
“El riesgo que existe aún es mucho, el desarrollo tecnológico aún se puede ir a otros países, la intención no es mala en el nuevo gobierno, sin embargo veamos el PIB actual donde no se invierte ni un 1% en ciencia y tecnología. Si se compara eso con la inversión que tienen otros países punteros, como Corea del Sur, vemos que no es suficiente”, distingue Gavina.