CIUDAD DE MÉXICO (Expansión).- El uso del smartphone para realizar múltiples actividades y procesos ha aumentado el número de aplicaciones financieras y de carteras digitales en el país, lo que aumenta la competitividad de las empresas pequeñas, mejora el acceso a servicios bancarios para los usuarios pero también genera vulnerabilidades de seguridad, sobre todo si el desarrollo de estas apps no está hecho por la misma compañía.
Erik Moreno, director del Centro de Operaciones de Ciberseguridad de Minsait en México, dijo a Expansión que uno de los problemas más usuales de las empresas financieras es que encargan las aplicaciones a empresas de desarrollo de apps ajenas a la compañía, en una suerte de outsourcing. Este esquema es bueno porque se deja a los expertos el desarrollo de hacks y accesibilidad de las apps, pero en paralelo puede hacer más vulnerables sus sistemas de ciberseguridad.
“Se pierde el control de la operación en la seguridad de los productos y es más complicado parchar o generar un sistema de seguridad más seguro”, indicó Moreno. Esto porque al final del día quienes la desarrollaron saben qué es lo que puede estar mal y pueden actuar de inmediato en caso de que exista una alerta de seguridad.