Tinder no es el único servicio de tecnología popular en la mira de Roskomnadzor. Los gigantes de internet de Estados Unidos Google y Facebook están en una disputa legal con la agencia por la exigencia de almacenar datos dentro de Rusia, y aún no han proporcionado al regulador, que ha amenazado con prohibir sus servicios en Rusia, con una fecha para mover servidores allí.
Bajo el mandato del presidente Vladimir Putin, las poderosas agencias de seguridad rusas han se han movido para ejercer un mayor control sobre lo que sucede en línea. En 2018, Rusia prohibió la aplicación de mensajería Telegram después de que se negó a cumplir con la ley y a proporcionar claves de cifrado al FSB. En mayo, Putin firmó una ley para hacer cumplir la llamada Internet soberana mediante la creación de una red nacional que puede operar por separado del resto del mundo.
La capacidad de Rusia de operar un internet desconectado del internet mundial hasta ahora es prácticamente teórica. Pero el esfuerzo es vigilado de cerca por los expertos: la legislación, que los activistas temen llevará a restricciones de internet similares a las que existen en China entra en vigor en noviembre, según reportó la agencia de noticias estatal RIA-Novosti. El Kremlin describe el proyecto como un internet local “sostenible, seguro y plenamente en funcionamiento”.
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