Un día sin internet. Para muchos, la sola idea es una pesadilla. Levantarse y no ver los mensajes del celular, revisar la prensa digital o rastrear el paquete comprado en alguna plataforma de e-commerce. Trabajar sin conexión, no poder googlear las últimas noticias del Universo Marvel o de tu cantante coreano favorito. Así era la vida hace 31 años.
Los estudiantes que trajeron internet a México
La llegada de internet a México comenzó en 1988, con el trabajo de los ingenieros que formaban parte de la división de Informática del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), en el campus de la capital neolenesa, a cargo de Ramiro Flores. En aquel entonces, David Treviño era responsable de los servicios de cómputo y Daniel Trujillo era director de Telecomunicaciones y redes. Con su trabajo y el de otros recién egresados de las carreras de electrónica y comunicaciones se logró la primera conexión permanente.
Estos veinteañeros no sabían lo trascendente del paso que acababan de dar cuando, en octubre de 1988, enlazaron el campus Monterrey con una red académica en Estados Unidos. “En aquel tiempo el desarrollo de internet era discreto, porque teníamos una labor. No éramos investigadores, éramos ingenieros y nuestro objetivo era mantener la comunicación con los investigadores del Tec que estaban en el extranjero”, recuerda Treviño.
Se trataba de la red regional Texas Higher Education Network, que les permitía a los estudiantes, académicos e investigadores acceder a información y mantener la comunicación e intercambio de datos con sus profesores en Estados Unidos.
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De forma paralela, la UNAM también buscaba su propia conexión, que logró unos meses después, en julio de 1989. “En febrero de 1988 firmamos la UNAM y el ITESM un acuerdo con la NASA y la National Science Foundation para establecer enlaces vía el satélite Morelos, uno desde el Instituto de Astronomía en Ciudad Universitaria y el otro desde el campus Estado de México del ITESM, al National Center for Atmospheric Sciences (NCAR), ubicado en Boulder (Colorado)”, explica Gloria Koenigsberger Horowitz, investigadora del Instituto de Astronomía y parte del equipo que colaboró para conectar a la UNAM.
Así que el Tec de Monterrey ganó la primera conexión por medios fijos y la UNAM lo hizo a través del satélite. “La que se activó en octubre de 1988 era una conexión con una línea privada. Tal vez, a las nuevas generaciones no les hace mucho sentido el nombre pero era una rutilínea telefónica permanente, no era dialog, no era marcado; era una conexión permanente a una velocidad de 9,600 bits por segundo. Ahorita hablamos de megas, cualquier casa tiene 2 o 4 megas, 10, 20 o más”, señala Javier Salazar, quien era becario del Tec en aquel tiempo y hoy es vicepresidente de LACNIC, organismo no gubernamental que se encarga de la asignación de los recursos de numeración de internet en Latinoamérica y el Caribe.
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Fue así como Salazar comenzó su acercamiento con la asignación de las direcciones con terminación .mx. “Durante ese tiempo como becario estuve a cargo de hacer conexiones, de mantenerlas e incluso de administrar el dominio .mx", dice. "En aquel tiempo, eran muy pocos dominios y no era una tarea de todos los días ni era muy demandante. Se hacía de manera manual completamente, no había para nada la cantidad de dominios que hay hoy en día”.
A 31 años de distancia, algunos involucrados recuerdan con incredulidad el momento histórico que les tocó vivir, como parte del crecimiento de una herramienta digital de impacto mundial. “La transformación digital en el mundo, personalmente, no lo vi entonces. Sonaba interesante, se ofrecían servicios que no tenemos acceso y el tiempo fue el que hizo qué internet tuviera el impacto que ha tenido y que se transformaran los negocios”, señala Treviño.
La familia de Salazar, incluso, bromea sobre su contribución al desarrollo de internet. “Me reclaman cuando el internet está lento en la casa. Me dicen: '¿cómo le puedes poner el internet a un país y no puedes hacerlo rápido aquí en la casa?'. Lo han visto natural, pues ha sido una trayectoria de 30 años involucrados de alguna u otra manera en este tema", comenta el vicepresidente de LACNIC.
Hoy, la conexión es 20,000 veces más rápida e internet forma parte de la vida diaria de 74.3 millones de personas en México y es algo cotidiano en 18.3 millones de hogares, que lo usan, en su mayoría, para entretenimiento. El gran pendiente en materia de conectividad son las áreas rurales.