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¿Realmente el internet está tan bloqueado en China como pensamos?

Las restricciones a sitios de internet y plataformas internacionales en China, com Google o Facebook, son una realidad y aunque como extranjero pueden sortearse los bloqueos, lograrlo no es sencillo.
mar 17 septiembre 2019 10:01 AM
Siete pisos de electr´
En el mercado de electrónicos de Shenzhen pueden conseguirse SIMS para conectarse a internet sin restricciones.

Shenzhen, China (Expansión)

Shenzhen, la cuarta ciudad más importante de China, famosa por su crecimiento vertiginoso y por ser la sede de varias de las tecnológicas más grandes del mundo no está tan conectada como se pensaría… por lo menos de cara al turista.

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La percepción que se tiene en occidente del internet chino, descrito como restringido y cerrado para plataformas como Google o Facebook, es verdad. Sí, China cuenta con la tercera velocidad de internet más rápida del mundo, según datos del Foro Económico Mundial, y encontrar un WiFi disponible no es complicado, pero en cuanto el sistema detecta que tu smartphone no es local, conectarse se convierte en una prueba de paciencia.

Mientras para los locales internet es esta capa omnipresente que los habilita como una sociedad que casi ha erradicado cosas, como el uso del efectivo para cambiarlo por los pagos móviles a través de códigos QR, para un foráneo, entrar en la dinámica del internet chino requiere pasar varias pruebas que comienzan por comprender los finos límites del ecosistema digital en este país, que no incluye a los servicios de Google pero sí el uso del sistema operativo Android.

En China, la mayoría de los smartphones operan con Android- encabezados por equipos Samsung, seguido de Huawei y Oppo y Apple en cuarto sitio, según Counterpoint Research; no obstante, apps como Google Maps, Facebook, Instagram, Gmail y el mismo buscador de Google, entre otras están bloqueadas por el gobierno chino. Ante estas restricciones la gente tiene opciones locales, su propio Facebook y Google, desarrollado por empresas chinas como Tencent o Baidu, pero esa es solo opción para locales o para quién habla mandarín, para el extranjero navegar requiere más pasos.

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VPN, SIM y pasaporte

Uno de los primeros límites que acota la vida digital de un extranjero en China es el sistema operativo de tu smartphone: si eres Android o iOS. Esto es determinante para el nivel de complejidad que tendrá conseguir el resto de los elementos para finalmente conectárte a la red, como una especie de rally, el sistema operativo marca la categoría en la que te ubicas.

Si eres del equipo de la manzana enlazarte a una red Wifi será simple y usando el buscador de Apple, Safari, podrás navegar y descargar una VPN de la tienda de aplicaciones. Estas tres letras son la llave para el acceso a internet asiático.

Una VPN (virtual private network) permite conectarse a la red de forma incógnita y así usar servicios que aquí están bloqueados, por ejemplo toda la suite de Google. Ya con la VPN instalada, de las cuales hay gratuitas o de paga, y para las que solo se requiere un correo electrónico el acceso es posible, la red no es del todo estable, pero será suficiente.

Sin embargo, si eres un usuario de Android la búsqueda de elementos para llegar a la meta y conectarse con éxito es más larga y requiere de una tarjeta SIM local para descargar la VPN.

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Entrada al mercado en China.
Gabriela Chávez
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Tarjeta SIM.
Gabriela Chávez
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VPN para conectarse.
Gabriela Chávez

En casi cualquier país del mundo comprar una SIM prepagada es algo sencillo de hacer en establecimientos como tiendas de conveniencia, en China, si no es en un aeropuerto deberás buscar en negocios casi clandestinos.

En mi caso comprar un SIM local me llevó al mercado de electrónica más grande de China y del mundo, Huaqiangbei.

Para una mexicana oriunda de la Ciudad de México, este lugar puede entenderse como un símil a la Plaza de la Computación ubicada en Eje Central, en el centro histórico de la CDMX. En un Meave chino pero de dimensiones mayúsculas.

No se habla mucho inglés pero los vendedores se dan a entender a señas con quién quiera comprar. Clones y originales de cualquier tipo de gadget, desde audífonos inalámbricos hasta masajeadores faciales, micrófonos de karaoke con bocina integrada hasta pianos portátiles que las vendedoras hacen sonar con tonadas clásicas de Beethoven, en sus puestos como si fuesen cajitas de música, para demostrar que funcionan, que van calados.

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Entre el barullo de los puestos, que llenan uno tras otro cada metro cuadrado de siete pisos de tiendas, también conviven las tiendas oficiales de los tres carriers chinos: China Mobile, Unicom y China Telecom. Sin embargo, ahí no se puede resolver la necesidad del extranjero. Para poder comprar un SIM local en una de esas tiendas la dependiente me explica que requiere mi pasaporte y que de alta un número por un periodo de por lo menos un mes bajo contrato, como contratar un plan de Telcel o Telefónica en México.

Isabel, mi guía en China, me explica que desde hace pocos años el gobierno ha impuesto restricciones de control a la compra de estos servicios para evitar que un extranjero use alguno de éstas plataformas de telecomunicaciones fuera de China. Si se contrata, bajo sus plazos, es necesario cancelar el servicio en la misma provincia donde fue adquirido antes de dejar el país. Como turista de corto tiempo tampoco cumplía con el perfil requerido , lo que dio paso a la última opción: un puesto de SIMS sin número o marca.

Finalmente en el puesto pude completar la pieza que me faltaba para poderme conectarme. Adquirí una tarjeta SIM en efectivo y sin necesidad de dar mi pasaporte. Obtuve 10 GB de datos, pero sin número de teléfono, por 55 yuanes, lo que vendría siendo 150.51pesos mexicanos, aproximadamente.

Bastó con cambiar de SIM en el teléfono para empezar a navegar y usando un buscador ajeno a Google, como Ópera de Linux, pude descargar la VPN para Android, claro, con un correo electrónico ajeno a Gmail, como Yahoo o Outlook.

Si bien China es una de las economías digitales más fuertes y crecientes a nivel global, la globalización digital, aún es algo ajeno a su ecosistema y un reto para el turista. Para los locales, según me dice Isabel, también originaria de China, la percepción de restricción y limitantes digitales no existe, pues tienen todos los servicios que buscan, tanto para su día a día como para el entretenimiento en línea con opciones como WeChat o TikTok; viven dentro de una sociedad lo suficientemente digitalizada como para no percibir una diferencia con occidente.

"Para ellos es todo normal, creo que no conocen algo diferente", dice Mariana, una estudiante mexicana viviendo temporalmente en Shenzhen.

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