Otros detalles
Como es de esperarse de un equipo premium, el Galaxy Fold tiene carga inalámbrica reversible, procesador de última generación, memoria RAM de 12GB, interna de 512GB y una batería impresionante de 4, 380 miliamperios con carga rápida.
¿La cámara? Se trata del mismo sensor de triple cámara del Galaxy S10, con la novedad de que su pantalla flexible interna tiene una pestaña con dos cámaras extras (sobre todo para apps de videollamadas) un sensor principal de 10 megapixeles y un secundario de 8MP, que actúa como sensor de profundidad.
Conclusión
¿Hay gente que pagaría 49,000 pesos por el Galaxy Fold en México? La respuesta es claro que sí, de hecho varios cientos de personas en el país ya tienen uno, porque tanto en la preventa como en el primer envío se agotaron todas las unidades.
Pero eso no lo convierte en una opción viable, incluso para usuarios que tengan esa cantidad de dinero para gastar en un teléfono. El Galaxy Fold es un experimento, pero de menos es un experimento que funciona, una locura que por supuesto tiene más peros y limitantes que cualquier otro teléfono del mercado, pero es una idea descabellada que por más extraña que luzca está bien pensada, tiene estructura y es reflejo de lo que hoy la tecnología permite y de lo mucho que ha avanzando en tan poco tiempo.
Claro que vivir en el futuro va a costar miles o cientos de miles de pesos, siempre ha sido así. En 1998 cuando se anunció que por fin el mundo vería los primeros televisores HD (no 4K, no 8K, ni siquiera Full HD) la tv más económica de Samsung era una pantalla de 55 pulgadas que se vendió por 8,000 dólares (más de 153,000 pesos sin ajustar la inflación). Hoy puedes comprar pantallas 4K de 55 pulgadas por poco más de 8,000 pesos. El tema no es si vale la pena comprar el Galaxy Fold, la gran pregunta es ¿y tú qué harás cuando tengas tu primer smartphone flexible?