¿Cómo se perdió la privacidad?
La definición de privacidad se concibe como la parte más interior o profunda de la vida de una persona, que comprende sus sentimientos, vida familiar o relaciones de amistad. Pero al llegar el internet, la identidades digitales y las redes sociales, este concepto se ha tenido que ir adaptando y reconfigurando de acuerdo a ámbitos cada vez más diversos.
El control de los datos que se comparten, ya sean nombres, direcciones, cuentas de correo o hasta datos biométricos es cada vez mayor por la tendencia de una vida digital total, lo que ha traído beneficios en la rapidez y practicidad de las cosas, pero también ha abierto nuevos debates.
En el panel de privacidad que organizó el CES, Rebeca Slaughter, comisionada de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC), abordó varios problemas y retos que tiene la industria y en cómo éstos no se pueden dejar de lado, ni en el desarrollo, ni en la regulación de lo que sucede en el entorno digital.
Algunas de sus principales preocupaciones es que muchas de las funciones de seguridad se han dejado en manos de los usuarios, que muchas veces no saben cómo identificar qué datos han aportado a las empresas y cómo evitar seguir compartiendolos. Además de hablar de la falta de regulación a escala federal y mundial.
Ante esta problemática ya empieza a haber más acción. Por ejemplo la CTA en septiembre de este año emitió un texto con Los Principios Rectores para la Privacidad de la Información de Salud y Bienestar Personal con el fin de que las empresas que estén desarrollando tecnología en este tema se alineen a éstos.
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