"Se ve luz a final de túnel en el que al final de este año ya se vea más normalización (de la oferta)", dijo Cardona a Reuters, aunque destacó que la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA, por su sigla en inglés) advirtió que difícilmente se resolverá del todo el desabasto en lo que resta de 2021.
La falta de chips, generada luego del cierre de armadoras en Norteamérica en 2020 y por la baja en la demanda de autos durante la pandemia, provocó en México que la producción y exportación de automóviles se desplomaran un 12% y un 14.1% en el primer trimestre.
Las principales compañías automotrices de Estados Unidos anunciaron el martes que volverían presionar al Congreso de ese país para que aborde la escasez mundial de semiconductores.
El sector respalda propuestas de gastar decenas de miles de millones de dólares para impulsar la producción, así como nuevos incentivos fiscales a fabricantes de chips para compensar sus costos.
Cardona dijo que la inversión en las dos nuevas fábricas están totalmente fondeadas por Intel, si bien no descarta recibir incentivos, y prevé que sus frutos "entrarán en línea" en alrededor de dos años porque se trata de uno de los productos más complejos de fabricar.
"No pedimos ayuda (al gobierno estadounidense), aunque reconocemos que si va a haber apoyos o subsidios, eso nos ayudaría es a hacerlo aún más rápido", dijo el directivo de Intel en México.
México y Costa Rica son los únicos países de Latinoamérica que participarán en el proceso de fabricación de los nuevos semiconductores de Intel, y allí se harán la validación o pruebas y el empaquetamiento y despacho, respectivamente, según Cardona. En este último la firma está invirtiendo 350 millones de dólares.