El grupo de hackers REvil causó la ira de Estados Unidos a principios de mes, tras un ataque sin precedentes dirigido a la empresa de software estadounidense Kaseya que afectó a unas 1,500 compañías que empleaban los servicios de esta firma. El incidente de ransomware —por el que los criminales secuestran datos o bloquean el acceso a los sistemas informáticos y piden un 'rescate' a cambio de liberarlos— cerró una importante cadena de supermercados sueca e impactó en todo el mundo, afectando negocios en al menos 17 países, desde farmacias hasta estaciones de servicio e incluso jardines de infancia de Nueva Zelanda.
REvil, que pidió un rescate de 70 millones de dólares, opera presuntamente desde Rusia, y por ello se convirtió en el centro de una conversación entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo en aquel país, Vladimir Putin. “Le deje muy claro que, cuando una operación de ransomware ocurre desde su territorio, incluso si no está apoyada por el Estado, esperamos que actúe si le proporcionamos suficiente información sobre quién está detrás", dijo Biden en una conferencia de prensa. Y cuando le preguntaron si Estados Unidos actuaría atacando los servidores rusos, en caso de que Putin no reaccionara, sólo sonrió y dijo: "Sí".
Ahora, la página de REvil en la 'dark web' ha desaparecido.