Además, desde Bloomberg apuntan que WhatsApp ha firmado acuerdo con socios comerciales en mercados internacionales, aunado al hecho de que está creando nuevas opciones para transferir dinero dentro de la app, con el propósito de que los usuarios no cambien de plataforma para realizar transacciones.
Esta relevancia en los negocios y en las aplicaciones de mensajería instantánea encendieron las alarmas para los reguladores en diversos territorios. La adquisición fue anunciada por la entonces Facebook en noviembre de 2020; sin embargo, la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) demandó a la compañía por “monopolización ilegal”.
Si bien logró superar las investigaciones por parte del organismo, es importante mencionar que no fue el único que interpuso una demanda en contra de la fusión, pues la Unión Europea autorizó la compra a finales de enero siempre y cuando Meta aceptara una serie de compromisos para disipar las preocupaciones sobre competencia en las apps de mensajería.
Y es que la Comisión Europea había abierto una investigación bajo la sospecha de que la operación podría reducir la competencia en el mercado de suministro de software de gestión de relación con los clientes.