Qualcomm apeló con éxito una multa de 1,045 millones de dólares que los reguladores de la Comisión de la Unión Europea le impusieron por realizar pagos a Apple, para que usara sus chips exclusivamente en iPhones y iPads entre el 2011 y 2016.
De acuerdo con los reguladores europeos, esta conducta por parte de Qualcomm era ilegal bajo las normas antimonopolio de la región, debido a que excluía del mercado a rivales como Intel, al generarle a Apple un mayor costo en la producción de sus productos.
La multa se emitió en 2018 y en ese entonces Margrethe Vestager, comisionada de competencia en la UE, dijo que esta conducta “significaba que ningún rival podía desafiar efectivamente a Qualcomm en este mercado, sin importar cuán buenos fueran sus productos”.