El Tribunal General de la Unión Europea anuló una multa antimonopolio de 1,200 millones de dólares que impuso contra Intel desde 2009, bajo el argumento de que la empresa había generado las condiciones para eliminar a la competencia en el mercado de chips.
Sin embargo, el tribunal dictaminó que los reguladores cometieron errores clave en la decisión de 2009 en torno a unos descuentos supuestamente ilegales que el gigante otorgó a fabricantes de PC si compraban al menos el 95% de los chips a Intel, con el fin de borrar del mercado al rival directo: AMD.
Y es que esos descuentos no fueron el único argumento que se presentó, ya que también se mencionó que Intel impuso “condiciones restrictivas” para el 5% restante que era suministrado por AMD.