El joven Travis Kalanick
Kalanick creció en los suburbios de Los Ángeles. Es hijo de judíos vieneses que migraron a Estados Unidos en el siglo XX. Desde siempre se presentó como un niño con muchas ambiciones y en la escuela era conocido por ser sumamente competitivo.
Su primer empleo fue de adolescente, vendiendo cuchillos de casa en casa para la empresa Cutco. Se graduó de la preparatoria en Los Ángeles y decidió que estudiaría ingeniería informática en la Universidad de California (UCLA). Pero, como pareciera ser la tradición de muchos CEO’s, no concluyó sus estudios.
Salió de UCLA en 1998 para incorporarse en una start-up llamada Scour Inc; un motor de búsqueda multimedia que también permitía el intercambio peer-to-peer. Desde aquí comienzan las polémicas de Kalanick, puesto que aunque lo fundaron cinco estudiantes y él se incorporó un año después, se atribuía como uno de los creadores de Scour.
Pero este emprendimiento se vio envuelto en una demanda de 250,000 millones de dólares por infringir derechos de autor, a lo que Kalanick mencionó: “la idea era tomar a esos 33 litigantes que me demandaron y convertirlos en mis clientes. Ahora, los que me están demandando me pagan”.
Fue ahí donde fundó Red Swoosh con Michael Todd; una compañía de intercambio de archivos peer-to-peer, nombrándolo su “negocio de venganza”. La empresa fue adquirida por 19 millones de dólares por Akamai Technologies en 2007.
A partir de ahí, Kalanick utilizó ese dinero para hacer pequeñas inversiones en startups de San Francisco, como Expensify, Livefyre y CrowdFlower. Pero, para un hombre como él no basta con solo ser inversionista, por lo que adecuó su departamento en Castro District para ser un salón informal para entusiastas de la tecnología, al que bautizó: JamPad.
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Un botón que cambió al mundo
En una entrevista, Kalanick contó que se encontraba con Garret Camp, también co fundador de Uber, en París. Habían salido de noche y, de regreso a casa, no encontraban un taxi, a lo que su amigo le dijo: “sería genial poder apretar un botón y que llegará un vehículo”. Después de ese viaje, regresaron a California y empezaron a desarrollar el concepto de la aplicación.
Su nombre original era UberCab y el primer viaje se realizó el 5 de julio de 2010 en San Francisco. De ahí la aplicación comenzó a expandirse a través del mundo, pero lo que revelaron los Uber Files es que Kalanick no logró esto de la manera más ética y legal. Incluso, él mismo mencionó: “somos jodidamente ilegales”.
De acuerdo con los informes, ordenó a sus empleados en Francia a alentar a conductores locales de Uber a protestar contra las huelgas de taxistas en París. Cuando un ejecutivo advirtió a Kalanick que “matones de extrema derecha” formaban parte de la protesta, el ex director ejecutivo respondió: “vale la pena. La violencia garantiza el éxito. Y estos tipos deben ser resistidos, ¿no?”