El 2022 fue un año de renacer para los videojuegos, el retorno de las competiciones en vivo, lanzamientos de juegos esperados por años y retrasados por los efectos de la pandemia, así como compras multimillonarias de parte de gigantes en la industria.
En este contexto, revisamos los juegos favoritos del año, de los más jugados y los que más sorpresas dieron.
Empezando por uno mayores lanzamientos del año: Elden Ring, con una expectativa enorme por venir de la mente de Hidetaka Miyazaki y George R. R. Martin, íconos de los videojuegos, el cine y la televisión. Se hizo acreedor a mejor juego del año de los Game Awards y con notas perfectas en medios como Metacritic o IGN, para muchos será un juego atemporal y que se posiciona como uno de los mejores en la historia.
La forma en la que retoma el mundo abierto, las dificultades de un ambiente desconocido y la fórmula de fantasía de los juegos “ souls like”
Otro de los grandes lanzamientos, y favoritos del año fue God of War: Ragnarök, continuación de la aclamada saga exclusiva de PlayStation y que da un arco de cierre a Kratos, su hijo y el enfrentamiento con los dioses nórdicos. Multinominado a premios y con muy altas calificaciones en la crítica especializada. Una historia completa, con acción en su justa medida, banda sonora que acompaña cada momento de la historia y personajes que cambian, evolucionan y con doblajes que transmiten emociones.
PlayStation, después de retrasar sus lanzamientos AAA de 2021 y apostar por este año, también estrenó la secuela de Horizon,con Forbidden West, este juego de rol apuesta por una combinación de lo antiguo con la tecnología, en el que una guerrera de una tribu se enfrenta a animales/máquina en búsqueda de una inteligencia artificial. Visualmente es espectacular y el mundo abierto le da una sensación de exploración y de descubrimientos. Una especie de Legend of Zelda Breath of the wild, pero de PlayStation.
Además de estos mega lanzamientos, algunos títulos sorprendieron por sus historias o por el recurso narrativo.
A Plague Tale Réquiem no solo logró colarse en los nominados a juego del año por lo detallado de sus paisajes que proporciona vistas y detalles de una Francia en plena peste negra, sino que demuestra lo entretenido que logran ser los juegos de sigilo. Como combinar realidad con fantasía y alquimia.
As Dusk Falls, es otro de los juegos narrativos que sin esperarlo los fans reconocieron y siguieron. Este juego de decisiones te permite adentrarte en la trama de una familia norteamericana que, producto de la circunstancia se ve enredada en un crimen. A pesar de no ser un juego lleno de acción, la forma en la cuenta la historia, como influyes en ella y como cada decisión impacta en el desarrollo, te permite saber el resultado sobre tus acciones y da una rejugabilidad muy alta al tratar de descubrir todos los resultados de tus decisiones.
High on Life llegó este cierre de año como un lanzamiento fuera de las temporalidades regulares de los videojuegos. De los creadores de Rick & Morty, este juego de disparos combina personajes bizarros, armas que tienen personalidad y una historia que, a pesar de ser simple, el humor, la interacción del jugador con los demás personajes y el romper la cuarta pared para que el juego le hable directamente a quien tiene el control en la manos, es refrescante. Un descaro, crítica y hasta sátira de los videojuegos actuales.
Para aquellos que valoran los juegos que no vienen de grandes estudios, Stray se consolidó como uno de los favoritos. Tomar la vida de un gato, emular sus movimientos y las vicisitudes de una mascota en una ciudad inhóspita da esta imaginación que los videojuegos pueden permitirse. Si bien la historia no es el punto principal, la exploración y los acertijos otorgan múltiples horas de entretenimiento en la piel de un gato.
Sin mucho reparo, Tunic tiene la estética como si fuera parte de la saga de Zelda apersonado por un zorro. Este juego poligonal de aventuras basa su jugabilidad y desarrollo especialmente en sus combates, en la exploración del mundo y de los acertijos bien cuidados. Te lleva a un punto de nostalgia del Nintendo 64 en el 2022.
A pesar de que estos son normalmente continuistas, estos espacios donde te reúnes con amigos a jugar son no solo populares, sino que las actualizaciones constantes, adición de personajes y de características de jugabilidad les dan la capacidad de hacerse “siempre verdes”
Empezando con Multiversus, un juego de peleas al estilo Smash Bros, bajo la tutela de WB Games, hace gala de las licencias de la compañía y puedes combatir con Superman, los héroes de DC y enfrentarse con Shaggy de Scooby Doo o contra Arya Stark de Game of Thrones. Su gran acierto es la multiplataforma, y lo mismo puedes jugar en Xbox que en PlayStation, comparado por ejemplo con lo exclusivo de Smash. La adición de personajes y temporadas puede mantenerlo en la mente de los gamers por mucho tiempo.
Otro de los que ganó relevancia en el año, impulsado por los e-sports es Valorant, parte de RIOT Games, los creadores de League of Legends, cumplieron su segundo año de este shooter táctico. Reforzado por el lanzamiento de nuevo mapas, personajes y dinámicas juego logra hacerse espacio entre los exclusivos de PC y haciendo frente a otro de los más esperados del año como Overwatch 2 que, a pesar de generar gran revuelo y expectativa con su lanzamiento, se quedó corto como secuela de la espectacularidad del primero.
Call of Duty: Warzone se mantiene como uno de los multijugador gratuitos con más alto nivel de jugadores activos mensuales. Con la inclusión de los mapas y dinámicas de Modern Warfare 2, no solo rompió récords de venta comparables con el cine, sino que, a través de dinámicas como el chat de proximidad, refrescó la interacción entre jugadores a incluso promovió la viralidad de clips en redes sociales.
El 2022 trajo consigo una gama de juegos desde los AAA que son redondos visualmente, en historia, en música y en actuaciones, hasta aquellos que se enfocan en el entretenimiento puro, de convivir con amigos y hasta imaginarse como otra especie. Esperemos que 2023 traiga consigo esa misma versatilidad.
