Aunque hay versiones de mayor tamaño, el doctor García, quien también formó parte del grupo de detección de la influenza AH1N1 constituido por gobierno de la capital en 2009, es claro: “La idea siempre fue poder miniaturizar un laboratorio y llevarlo a casa para que lo tuviéramos todos, como ahora contamos con un asistente digital”.
¿Cómo funciona NanoLuci?
NanoLuci es un dispositivo que no ocupa más espacio que una caja de cereal. García detalla que no cuenta con ningún tipo de tecla para facilitar su uso, ya que lo puede usar cualquier persona que sigas las instrucciones del asistente digital que tiene incorporado, el cual también muestra el resultado al finalizar la prueba.
Para realizar una prueba únicamente es necesario ingresar un fluido en un cartucho de la enfermedad que se quiera detectar e incorporarlo a la máquina, que tarda entre 10 y quince minutos en entregar un veredicto. El especialista destaca que no se requiere intervención técnica, para la transferencia de líquidos, pues cualquier persona lo puede hacer.
Si bien entrega un resultado comprensible para los usuarios, también tiene la capacidad de extraer datos y enviarlos vía correo electrónico para que un especialista los pueda analizar a mayor profundidad .
El doctor resalta que cuenta con diversas pruebas precargadas en su sistema, por lo que lo único que se debe hacer es seleccionar cuál se realizará, ingresar la muestra de saliva en un cartucho especial para esa enfermedad y así es como se obtiene el resultado.
Con este dispositivo se pueden realizar pruebas de VIH y comenta que están desarrollando una prueba para detectar qué variante del virus puede tener una persona, con el fin de que el tratamiento sea más preciso y el paciente no reciba un “coctel de retrovirales a ver cómo le funcionan”.
Incluso menciona que también existen pruebas para detectar enfermedades más comunes o menos peligrosas, como salmonela o E. Colli, así como ensayos de medicina veterinaria, para detectar parvovirus en las mascotas.
Hacer accesible la medicina
La instalación de un laboratorio de pruebas tradicional representa millones de pesos para quien quiera establecerlo, sin embargo, García, menciona que el precio de este dispositivo será de alrededor de 70,000 a 80,000 pesos. “Habrá gente que sí lo pueda tener en su casa, pero la idea es que esté disponible en centros comunitarios porque la inversión no es tan alta”, recalca.
Por otra parte, el precio de los cartuchos para cada análisis será de entre 150 a 300 pesos, lo cual hace más accesible el acceso a la salud en México, pues cabe recordar que durante la pandemia, una prueba PCR valía más de 1,000 pesos y el resultado se entregaba en el lapso de un día.
Por el momento, esta tecnología aún no está disponible al público en general, pero García detalla que ya están realizando los trámites necesarios en términos de verificación sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), así como el aval del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE). Estos trámites tomarán algunos meses y se prevé que el dispositivo se pueda vender a partir de noviembre.
El presente y futuro de la tecnología médica necesita talento
Héctor Orellana, presidente de la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID), explica que actualmente la tecnología médica está en un periodo de evolución en los dispositivos que utilizan los médicos para encontrar nuevas formas de ayudar a las personas.
Entre las tendencias más importantes de este campo se encuentran el uso de Inteligencia Artificial para procesar una mayor cantidad de datos, así como la miniaturización de dispositivos para ponerlos en funcionamiento desde lugares remotos y que cada vez sean más personalizados, como un teléfono.
“México tiene tecnología de punta”, comenta Orellana y complementa diciendo que el país tiene una base instalada de más de 160,000 empleos que se encargan de producir estos dispositivos, así como 40 plantas de manufactura especializada y es el sexto exportador de dispositivos médicos en el mundo.
De acuerdo con cifras de la AMIID, esta industria exporta alrededor de 5,000 millones dólares al año, lo cual convierte a México como el principal exportar en Latinoamérica y el octavo en el mundo; sin embargo, a nivel nacional apenas tiene un mercado de 30,000 millones de pesos, por lo que se requiere crecer el consumo local.
En este sentido, resalta que los especialistas entrenados en estas tecnologías no son suficientes en el país, por lo que el siguiente paso de la industria es asegurar al talento, además de entrenarlo constantemente para que esté actualizado en los últimos avances y se puedan aplicar en la sociedad.