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De Twitter a X: ¿ha sido una buena estrategia de negocio?

La transición obedece al deseo de ofrecer más servicios que sólo publicar mensajes, a semejanza de una famosa plataforma china.
mar 22 agosto 2023 02:00 PM
Se cayó Twitter, la app tiene fallas
'X' logo. REUTERS/Carlos Barria

El símbolo del pajarito ha sido reemplazado por una equis, y detrás de esta transformación del otrora Twitter se encuentra una ambiciosa estrategia de negocio orquestada por Elon Musk, cuyos resultados se verán en los próximos años.

El modelo a seguir es WeChat, una aplicación china que cuenta con servicios de mensajería, llamadas gratis, redes sociales y pagos en línea. De esta manera, X se convertiría en una plataforma multipropósito, sin parangón en Occidente.

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El análisis de una estrategia todo en uno

Ricardo Rodríguez, fundador de Lawgic, plataforma educativa de temas legales, da pormenores de cómo emular la famosa plataforma oriental se ha convertido en la directriz principal en la estrategia de Musk.

“Más que una red social, él siempre ha manifestado que lo que quiere es desarrollar una plataforma que conecte todo; esto es, un poco como sucede en China con WeChat, una aplicación tipo WhatsApp, pero con una integración completa respecto a muchas cuestiones que tienen que ver con la vida diaria del usuario”, explica.

Y todo esto Musk lo pretende apalancar con satélites y automóviles a través de Starlink y Tesla, respectivamente, junto con una línea propia de teléfonos, que prácticamente ya está por salir.

“Finalmente, no debemos ver aisladas las empresas de Elon Musk, sino más bien como una red de proyectos que se van a unir en algún punto. Además, cuando compra Twitter, no es que los 44 mil millones de dólares hayan salido todos de su bolsa, sino también de inversionistas y fondos de capital privado, que anteriormente ya les había demostrado su capacidad para hacer negocios”, expresa Rodríguez.

Conforme con Abril Benhumea, cofundadora de Passport, fintech especializada en servicios financieros, Musk decidió adquirir Twitter sobre todo por la extensa cantidad de personas que frecuentemente accede a dicha plataforma.

“Él está proponiendo emplear esa gran base de usuarios activos, alrededor de 360 millones, pero con la intención de aumentar la cifra a 600 millones en 2025 y a 931 millones en 2029”.

Por otro lado, el año pasado Twitter generó ingresos de 4,400 millones de dólares, de los cuales el 90% proviene de la publicidad. El plan de Musk, según Benhumea, es elevar las ganancias hasta 26,400 millones de dólares en 2028, a través de varias líneas de negocio, para no depender mayoritariamente de la publicidad.

Es un riesgo oponerse al mosaico de la personalidad

Aunque la prospectiva parece alentadora, a la hora de aterrizar las ideas pudieran surgir dificultades asociadas con la aceptación por parte de los usuarios de los cambios de la plataforma, ahora llamada simplemente X.

Al respecto, René Rosado, director de la licenciatura en Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, opina que es una apuesta arriesgada unificar distintos servicios en un sola plataforma, ya que, al menos de este lado del planeta, los usuarios no han estado tan acostumbrados a ello.

Porque en cada una de las plataformas digitales no es que la gente manifieste una personalidad distinta, pero sí un matiz diferente de opinión, así como en la vida real ciertos modismos cambian dependiendo si el contexto es familiar, laboral o entre amigos.

En el mundo digital, de acuerdo con Rosado, se suelen expresar posturas políticas en Twitter, asuntos de la vida personal o familiar en Facebook, la visión general de la vida en Instagram e intereses concretos en WhatsApp. Es así como se potencian facetas de la personalidad en diferentes nichos, pero que hasta la fecha, en Occidente, no se han integrado en uno solo.

“O sea, nadie se pone a expresar pensamientos políticos en Facebook para pelearse con su familia, sino más bien la gente da a conocer recuerdos, memorias, cosas un poco más personales, en el sentido de que en esta red social se agrega a la gente con la que se quiere coexistir o convivir. Mientras que Twitter es algo un poco más público, más abierto a conectar, a seguir y no ser seguido”, detalla.

Entonces al contar con distintas plataformas descentralizadas la gente se enrola con mayor naturalidad en el mundo digital, el cual es proyección de los nichos separados del mundo real. Esto se conoce como efecto mosaico de la personalidad, de acuerdo con Rosado, quien agrega lo siguiente:

“Lo vimos en el reciente lanzamiento de Threads, del universo de Meta, en el que a la gente se le hizo rarísimo tener a sus amigos de Instagram o de Facebook en una plataforma tipo Twitter, donde generalmente se hacen expresiones controversiales derivadas de una visión política o social”.

La mano del gobierno en el mercado

René Rosado considera complicado lograr una integración plena de servicios en una sola plataforma digital. Sin embargo, ¿cómo es posible que WeChat haya sido bien aceptada por los usuarios de China? La respuesta no tiene que ver con cuestiones estrictamente de estrategia de negocios, sino más bien con la intervención del estado en el mercado.

WeChat surge hace poco más de 12 años, a la par de un veto del gobierno chino a redes sociales como Facebook e Instagram. Y todo esto porque las autoridades civiles del país asiático quieren saber quiénes son los usuarios y desde dónde hacen sus publicaciones, entre otros datos personales.

Entonces WeChat al tener el aval del gobierno y al ser de las pocas opciones viables dentro del entorno chino, pues claro que se convierte en una plataforma muy atractiva para tener un todo en uno.

“Justo ahí podemos ver el contraejemplo de qué pasa cuando un gobierno empieza a limitar las alternativas o la competencia”, afirma Rosado.

Pero los privilegios de WeChat no podrían otorgarse a X en la Unión Americana, ya que históricamente el gobierno de esta nación no suele proteger a una sola compañía en perjuicio de otras del mismo sector.

“En este sentido, yo no veo, dada la naturaleza de cómo Estados Unidos opera, que surja una regulación con el objetivo de respaldar una sola plataforma, porque la legislación americana está basada en la libre competencia”, expone Abril Benhumea.

La moneda gira en aire, y no en corto plazo, sino en unos cinco años, coinciden los especialistas consultados, finalmente caerá cara o cruz o, mejor dicho, equis, en este volado de 44,000 millones de dólares, lo que costó Twitter.

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