Los procesadores actuales tienen la capacidad de hacer funcionar aplicaciones de IA que antes era impensable, como ChatGPT. “Actualmente, un procesador de última generación tiene la capacidad de trabajar con miles de millones de parámetros para generar contenido que no existía previamente”, menciona el especialista.
También detalla que el futuro de la IA híbrida implicará beneficios a la productividad, pues diferentes perfiles tendrán la capacidad de, por ejemplo, generar imágenes o visualizaciones de sus proyectos sin la necesidad de un dispositivo más potente debido a la combinación de estos elementos.
Incluso resalta que la IA híbrida tiene usos más comerciales y que impactan al usuario, como en el sistema de cámaras, sus funciones de estabilización, los ajustes de luz o también en los sistemas de carga, pues le permiten tener una mejor administración de este elemento.
Google Pixel 8, el máximo ejemplo de la IA en un smartphone
Hace unas semanas, Google presentó Pixel 8 y Pixel 8 Pro, su gama de dispositivos de última generación que integran el procesador creado por la misma empresa, Tensor G3, cuyo principal atractivo son todas las tareas a partir de IA que puede realizar.
Si bien a nivel de hardware sus cámaras son competentes y similares a la versión anterior, los elementos realmente sobresalientes están en el software en combinación con la IA, pues tiene funciones, como un editor de fotografía en el se pueden cambiar elementos como si de un programa especializado se tratara, pues va más allá de agregar filtros o modificar la exposición.
Por otra parte, en la cuestión del video cuenta con la función Audio Magic Eraser, que permite eliminar diferentes sonidos de fondo para centrarse únicamente en la escena principal, lo cual es relevante para grabar momentos importantes en medio de alguna multitud.
Sin embargo, este tipo de herramientas que facilitan la edición si bien generan demasiada expectativa, también han sido criticadas por la alteración de la realidad que pueden llegar a provocar.
De acuerdo con Anton Korinek, investigador en el Centro Oxford para la vigilancia de la IA, menciona que como consumidor existe un gran entusiasmo por usar esta tecnología incluso en labores cotidianas, pero también hay un riesgo latente de que faciliten la proliferación de contenido des informativo.
“Todavía no conozco los detalles desde un punto de vista técnico, pero realmente espero que Google agregue algún tipo de marca de agua a las imágenes que han sido editadas para hacer más sencilla la verificación lo que es falso de lo que es real”, comentó para Cnet.
Según lo dicho por Google, mientras se mantenga el refinamiento de la tecnología de Inteligencia Híbrida del dispositivo se volverá más difícil, sino es que imposible, diferenciar entre una imagen editada y otra sin procesar.
No obstante, como parte de sus esfuerzos por transparentar la tecnología para evitar casos de uso perversos, una vocera de Google mencionó que las imágenes van a incluir metadata para determinar si se trata de una imagen editada con IA.
