Para esto no sólo conviven sistemas automatizados, robots y humanos, sino una red de inteligencia logística que se conecta con otras fábricas de Motorola en el mundo y que tienen el objetivo de mantener un buen control de calidad.
Como visitante debes acatar las reglas y usar una camisola y un par de accesorios que debes colocar en tus pies para poder entrar a la fábrica, además de una gorra elástica en tu cabeza. La funcionalidad de estos accesorios es proteger a los visitantes de cualquier accidente mientras que las líneas de producción están en continuo trabajo.
Esta planta de 60,000 metros cuadrados es más pequeña en comparación con los 100,000 metros cuadrados de la planta de China, pero en esta los procesos son más humanos.
No es posible tener un dispositivo electrónico contigo, pues es un espacio crítico, donde además de tener un control de la información de propiedad industrial, puede arruinar la comunicación que tienen máquinas y humanos al interior de la planta. Y aunque una de las cosas que más llama la atención es cómo en los pasillos se tienen dos espacios divididos, uno para que pasen robots, y otro para humanos, la convivencia al interior está normalizada.
¿Cómo se hace un smartphone de Motorola en Brasil?
La planta de manufactura tiene varios espacios, uno de ellos es el almacén, donde no sólo se encuentran semiconductores, sino también los insumos electrónicos para producir los teléfonos que llegarán al mercado brasileño. El inicio de este viaje es gracias a una pequeña oblea metálica, donde se le pueden aplicar hasta 11 capas de información que se va grabando de forma automatizada con el fin de que la tarjeta madre del smartphone pueda trazarse.
Después de pasar por procesos de validación de la información el smartphone empieza a tener todos los filamentos que crearán la base de su funcionamiento. Y gracias a varios espacios automatizados, el interior del teléfono empieza a formarse con su respectiva memoria RAM, batería o lentes de la cámara.
Para garantizar que estos productos están bajo un alto estándar de calidad, la marca hace distintas pruebas en las líneas de producción, donde máquinas y humanos ponen a prueba los dispositivos de forma aleatoria y donde la planta está en constante retroalimentación sobre el rendimiento de calidad que tiene. En el caso de la planta de Jaguaurina, se pueden llegar a producir hasta 200 smartphones en una hora, y se trabaja las 24 horas del día, divididos en tres turnos distintos.
Hacia el final de la línea de producción existe una mayor cantidad de manos humanas trabajando, sobre todo de mujeres, quienes de acuerdo con la empresa se han empleado especialmente para los detalles finales del ensamblado de los teléfonos, pues suelen ser más detallistas y cuidadosas con las piezas y el proceso.
Poco antes de que se empaquen, los teléfonos tienen que pasar por un proceso crucial: la instalación de Android, un proceso que puede durar hasta 4 minutos y que está a cargo de un sistema automatizado. Ya que están completos y con la última actualización del software pasan nuevamente por una evaluación, donde otro grupo de mujeres los evalúa, termina de empacar e incluso aplica la característica fragancia de Motorola.
Cabe decir que no todas las líneas de productos tienen este proceso artesanal final, y entre más premium sea el producto más manos humanas interceden en su viaje, pues se busca que el detalle mínimo sea detectado antes de salir de la planta.
Pero aquí no acaba su viaje. Después de ser empacados, estos productos pueden tener una evaluación más con el fin de que las compras locales que haga el mercado brasileño estén garantizadas con el menor margen de error.
Además, en caso de que tengan alguna falla, esta planta cuenta con un centro de atención para los clientes, donde se pueden hacer revisiones por desperfectos, lo que completa la línea de producción de la marca de punta a punta.
Otro de los espacios que también se conoció en el recorrido fue una sala que conecta a todas las fábricas, y donde se puede ver de qué manera se están produciendo equipos de la marca en todo el mundo.
Ernesto Levy, director global de operaciones de Motorola Mobility, señaló en la visita que prensa brasileña y latinoamericana hizo a la planta, que entre las dos fábricas se emplean a 8,000 personas, además de que se tiene una comunicación con las plantas que tiene la marca en la India, Argentina, Estados Unidos y China.