La IA puede generar oraciones, pero le falta contexto
Ángela Mariscal, traductora profesional y profesora en el Centro de Idiomas del Tecnológico de Monterrey, explica que desde hace tiempo los traductores han utilizado herramientas tecnológicas para traducir.
Estas son las Herramientas de Traducción Asistida por Computadora (CAT), que incluyen desde memorias de traducción para almacenar texto traducidos previamente, hasta los mismos sistemas de traducción automática como Google Translate.
“Esto no ha suplido ni suplirá la labor de los traductores porque solo se utilizan para facilitar el trabajo”, explica Mariscal y menciona que si antes un texto de 15,000 palabras tomaba dos semanas en ser traducido, ahora puede tomar solamente dos días.
Sin embargo, las habilidades que deben tener los traductores siguen siendo las mismas. “No solamente debe tener un dominio de ambas lenguas, sino que también debe entender mucho de la cultura y contexto”, dice Mariscal.
Alonso Guerrero, doctor en lingüística e investigador en la dirección de Lingüística del INAH, explica que esto es porque los programas en IA funcionan porque la lengua es programada con reglas operativas, que son gramaticalmente correctas, pero carecen de sensibilidad e interpretación.
“Por ejemplo, tú puedes decir una frase como ‘tengo frío’, pero el mensaje que quieres dar no es ese, sino que se cierre la ventana. Esto tiene una implicación distinta que una máquina no entiende”, explica Guerrero.
Además, otra limitante que tiene la IA para traducir textos es que no cuenta con “visores”, es decir la capacidad de analizar lenguajes corporales que den significado a una frase, como el tono de voz o las gesticulaciones corporales y esto puede cambiar drásticamente el significado de una oración.
“Estos gestos pueden cambiar mucho dependiendo de la cultura. Por ejemplo, mientras en el metro de la Ciudad de México podría ser completamente normal que la gente hable gritando, en Japón esto sería impensable y son códigos culturales que se toman en cuenta al momento de hacer una traducción”.
Por otro lado, de acuerdo con Guerrero, lo que la IA también fomenta es una tendencia al monolingüismo, principalmente porque las programaciones están en inglés y muchas son calcas de la sintaxis de este idioma. Además de que la IA solo puede traducir si hay una base de datos lo suficientemente extensa sobre un idioma para realizar la labor.
“Pero para que existan estas bases de datos se requieren muchísimos recursos y bases de datos gigantescas, y esto no lo van a hacer para una lengua que solo tenga 500 hablantes”, explica.
La IA: ¿una aliada para la accesibilidad de películas extranjeras?
En México se llevará a cabo el primer Festival de cine Libanés y esta es la primera vez que se hará principalmente porque, gracias a la Inteligencia Artificial, se pudieron subtitular 14 cortometrajes y un largometraje al español.
Las películas se tradujeron a través de un programa llamado veed.io, que con un pago mensual de cerca de 500 pesos puede traducir automáticamente todo el guión de un cortometraje en cuestión de segundos.
Sin embargo, al ser el libanés un dialecto que combina palabras en francés, inglés y árabe, la Inteligencia Artificial no logró traducir estas películas desde el dialecto original, por lo que solamente se lograron subtitular las películas que ya contaban con subtítulos en inglés.
Aunque la IA hacía la traducción del inglés al español, esta ya no era precisa y cometía numerosos errores, pues ya era también una tercera traducción. Un error recurrente que comete la IA es que no distingue entre el femenino y el masculino, una distinción gramatical importante en lenguas como el español, así como tampoco distinguía el singular del plural.
“Ahora hay personas que, más que realizar la labor de traducción, lo que hacen es edición de textos traducidos por computadoras. Esto porque el mercado está orientando a que haya una mayor utilización de estas herramientas y en lenguas que no son necesariamente tan populares, pero sigue siendo necesaria la edición”, explica Mariscal.
Pero además de estos errores gramaticales, la labor del traductor sigue siendo importante porque en películas como “C-section” hay personajes que son de la ciudad mientras otros son de zonas rurales, y los acentos y las frases coloquiales distan mucho.
Para subtitular estas escenas era necesario que el traductor no solo tuviera un buen dominio del idioma, sino que pudiera traducir las ideas y contextos de cada uno de estos personajes al español.
“La traducción de culturas es mucho más compleja en términos semánticos y son estas cosas que no va a lograr una Inteligencia Artificial porque le faltan todos estos elementos. Esa sigue siendo la labor de la traducción”, concluye Guerrero.