En este contexto es que México toma relevancia, pues a pesar de no ser un país en donde se fabrican semiconductores sí participa en otros puntos del proceso: como la extracción de materiales u otras tareas complementarias, entre las que destacan el diseño, el ensamblaje, la validación y el empaquetado.
“Las obleas que se fabrican requieren ser ensambladas y empacadas para que puedan conectarse a una computadora personal, a un servidor o incluso a un automóvil”, explica el especialista, quien agrega que esos procesos ya se realizan en México por parte de varias empresas tecnológicas globales.
¿Quiénes están aprovechando el desarrollo de semiconductores en México?
Un ejemplo de esto es Intel, que inauguró el Guadalajara Design Center hace casi 24 años y es donde se llevan a cabo los procesos de diseño y validación de todos los chips de la marca. Pero no es el único caso.
La estadounidense Micron también anunció recientemente que levantará un centro de ingeniería y operaciones en Guadalajara, como parte de su estrategia de expansión global, el cual inició tras la subvención de 6,140 millones de dólares por parte de la administración Biden.
Este nuevo centro estará enfocado en el desarrollo de productos para las soluciones de memoria de Micron orientadas a impulsar sus herramientas de Inteligencia Artificial, además de que los miembros del equipo del nuevo sitio estarán en constante comunicación con los equipos y operaciones de Micron en Estados Unidos.
Carlos Rebelión, director de políticas públicas y gobierno de Intel hispanoamérica, también resalta que contar con talento preparado, especialmente en México, es crítico ante las nuevas necesidades de hardware que implica la Inteligencia Artificial generativa.
“El modelo informático se está volviendo muy desafiante”, declara, pero México es un terreno fértil para las empresas que dan proveeduría a la cadena de valor al subir su participación en términos de comercio exterior, particularmente en el norte del país, que es donde la industria tecnológica está creciendo más.
Hay una oportunidad para la industria mexicana de medirse con Asia y poder producir parte del proceso en el suelo mexicano y con eso tener una balanza comercial y tecnológica más favorable, comenta Nieblas.
No obstante, Rebellón concluye que México, al igual que Estados Unidos, también requiere su propia política de semiconductores, porque esto ayudará a cerrar el ciclo en la detonación de una industria estratégica para el futuro.