No obstante, el doctor Boris Escalante Ramírez, académico del departamento de Procesamiento de Señales de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), resalta que si bien las pruebas con qubits topológicos representan un hito en el avance del cómputo cuántico, el impacto ambiental en los procesos de extracción de minerales aún es considerable.
“Todos los paradigmas de cómputo cuántico necesitan materiales difíciles de conseguir”, comenta. “Los superconductores requieren energía, materiales de la tabla periódica raros y que hay muy pocos en la naturaleza”.
Para la producción del chip Marjorana 1, Microsoft utilizó materiales superconductores, algunos comunes en la naturaleza, como el plomo, el estaño o el aluminio, y otros más difíciles de extraer, como niobio. Todos ellos, además, requieren atravesar procesos de refinación, fundición y purificación para poder ser utilizados.
La minería, refinamiento y fabricación de dichos materiales, señala Escalante, generan importantes impactos ambientales. La extracción de minerales, por ejemplo, involucra el uso de peligrosos productos químicos que al filtrarse en el sueño y agua pueden contaminar ecosistemas cercanos.
Para la fundición se requieren temperaturas muy altas, algo que se generalmente se logra utilizando combustibles fósiles, lo cual produce dióxido de carbono, mientras que uno de los subproductos del plomo es la emisión de gases como el dióxido de azufre, y ambos contribuyen a problemas atmosféricos.
La esperanza ambiental del cómputo cuántico
A pesar de que durante la producción de estos chips las implicaciones ambientales son significativas, los expertos en la materia destacan que en la actualidad se están estudiando nuevas formas de sustituir materiales raros por otros más fáciles de conseguir y que no tengan demasiado impacto a la naturaleza.
Por otra parte, la gran promesa de las computadoras cuánticas es ofrecer nuevas y mejores formas de desarrollar nuevas tecnologías que sean más eficientes respecto al uso de energía en relación con las computadoras clásicas.
“Hay una compensación a cambio de la explotación de recursos naturales y es que va a poder resolver muchos problemas de medio ambiente, esa es la esperanza”, afirma Escalante. “Abordar las causas del cambio climático y hallar las formas de evitarlo a través de modelos matemáticos muy complejos es algo que sólo la computación cuántica podrá resolver”.
Asimismo, señala que con esta tecnología se podrán descubrir mejores materiales para sistemas de energía renovable que podrán mejorar la eficiencia de los paneles solares, por citar un caso; crear baterías que duren mucho más tiempo o incluso generar modelos de optimización para mejorar la producción de la agricultura y ayudar a disminuir la emisión de gases contaminantes.