Para Samsung, este movimiento representa ganar un cliente de categoría mundial, pues algunas de las empresas que más venden dispositivos, como Apple o la propia Nvidia le encargan la fabricación de sus chips a TSMC y es por ello que se mantienen como uno de los principales líderes mundiales en el sector de los chips.
¿Quién diseña y quién fabrica los chips de Nintendo?
Nintendo Switch 2 utilizará un chip diseñado por Nvidia y, de acuerdo con el informe, Samsung haría uso de su nodo de 8 nanómetros para acelerar la producción de los procesadores y elevar el ritmo de unidades entregadas.
De hecho, se espera que Samsung aumente aún más la producción del chip en caso de que la firma japonesa lo considere necesario, aunque también dependería de otras compañías, como Foxconn, que se encarga de ensamblar el hardware de la consola.
Según los informes de Nintendo, este chip es una de las estrellas de la nueva consola, pues gracias a él los usuarios podrán tener imágenes de hasta 4K, además de una tasa de refresco de 120Hz, es decir, mayor fluidez en todos los movimientos de los personajes dentro de la pantalla.
Asimismo, el componente permitirá tener una consola con tecnologías como el trazado de rayos en tiempo real, que mejora la iluminación, los reflejos y las sombras en los juegos, además del DLSS (Deep Learning Super Sampling), que utiliza IA para mejorar la calidad de imagen y el rendimiento gráfico.
Las polémicas por el chip de Nintendo Switch 2
Sin embargo, diversos reportes señalaron que el procesador que utilizará Switch 2 está rezagado a nivel tecnológico, pues se trataría de un componente con tecnología del 2020-2021 con un proceso de fotolitografía de ocho nanómetros, lo cual contrasta con los dispositivos de última generación, que usan nodos de tres nanómetros.
Si bien se trata de un aspecto que se podrá comprobar hasta que la consola salga al mercado, es una estrategia que la compañía ya utilizó anteriormente. Cuando lanzó Switch, en 2017, el chip Tegra X1 tenía una tecnología de 2015.
No obstante, esto no es un problema para Nintendo, pues a pesar del rezago sus juegos son relevantes a partir de su jugabilidad, además de que representan un proceso de fabricación más barato, lo cual le permite tener más ganancias por cada consola vendida.