“Con esta nueva regulación, la SEP busca que los niños coman mejor, por eso valora que las escuelas usen herramientas como OrderEat para demostrar que cumplen con la legislación y que realmente se preocupan por la alimentación de sus estudiantes”, afirma Matías Craviotto, CEO de la plataforma.
OrderEat nació como una iniciativa para ayudar a optimizar el funcionamiento de un comedor escolar en Uruguay y con el paso del tiempo, su extensión ha permitido que sus beneficios escalen no solo como una herramienta de consumo en escuelas privadas, sino para evitar que la comida se desperdicie.
Este servicio funciona como un software de gestión de cafeterías conectado a una app para dispositivos móviles que permite a sus clientes hacer pedidos y gestionar sus cuentas. De esta forma, los padres de familia o tutores tienen claro qué consumen sus hijos, están al corriente de sus pagos, los estudiantes evitan largas filas y las escuelas ahorran en insumos y desperdicios.
El reto del sector público
Expansión consultó a padres de familia con hijos en escuelas públicas y privadas para conocer su perspectiva sobre la regulación y cómo la tecnología podría ser de apoyo.
Para las escuelas privadas, la transición parece más sencilla. Una madre de familia cuyo hijo acude a un colegio con jornada completa comenta a Expansión que desde siempre han tenido menú saludable.
“La escuela nos informó que la regulación de la SEP no afectaría porque ya trabajaban bajo un marco saludable para la creación de menús con asesoría de la nutrióloga de la escuela. Nosotros también sabemos qué comen los niños día a día”, agrega.
Desde su perspectiva, sí podría sumar tener una aplicación que le permita a los tutores administrar el gasto en alimentos y visualizar el menú, algo que ahora hacen vía WhatsApp.
Pero esta visión contrasta con la de otra madre cuyo hijo estudia en una escuela pública. Si bien ve con ojos positivos la medida de la SEP, percibe en ella retos mayores para el sector público.
“Ya hay niños que venden dulces dentro de la escuela a escondidas, y afuera hay comida chatarra no regulada, aunque la SEP ha dicho que lo va a regular” dice.
Además expresa sus dudas sobre modelos como OrderEat en el sector público:
“No creo que funcione en escuelas públicas porque los papás ya pagamos el aseo, y los eventos de los niños y no podríamos sostener un gasto más. Me parece que es algo que se limita a funcionar bien en escuelas privadas”, refiere.