Sin embargo, una buena parte de esas escenas aspiracionales no son más que montajes cuidadosamente planeados. Lejos de ser fraudes deliberados, forman parte de un nuevo ecosistema económico paralelo, donde se alquila la apariencia de riqueza para alimentar la maquinaria de los likes, la atención y las oportunidades comerciales.
“Los creadores deben ser creativos para llamar la atención de las marcas y conseguir monetizar su contenido. En muchos casos, la opción aspiracional es una primera medida para conseguir llamar la atención”, precisó en entrevista Juan Antonio Roncero, cofundador de SocialPubli, una agencia de talento e influencers.
Este fenómeno dio lugar a un mercado en crecimiento compuesto por empresas de renta de artículos y escenarios de lujo para creadores de contenido, influencers y hasta aspirantes a celebridades. En él se ofrecen desde sets de aviones privados que jamás despegan, hasta bolsos y autos de lujo que se arriendan por hora o día.
En Estados Unidos, donde esta economía crece con mayor rapidez, empresas como Private Jet Studio ofrecen la posibilidad de rentar por hora un jet privado real estacionado en un hangar, exclusivamente para sesiones de fotos y grabaciones. El costo va desde los 500 dólares por hora, con paquetes especiales para creadores de contenido y hasta para propuestas de matrimonio ‘aéreas’ que nunca levantan vuelo.
En paralelo, compañías como LUXJB en Los Ángeles, Set Jet en Arizona o The Jet Business en Londres ofrecen espacios escenográficos hasta jets reales decorados como aviones ejecutivos que pueden rentar entre 1,000 y 2,500 dólares por sesión fotográfica, sin incluir producción.
El fenómeno se extiende a la moda. Servicios como Bag Borrow or Steal en Estados Unidos, Cocoon en el Reino Unido o LXRandCo en Canadá permiten alquilar bolsos de marcas como Hermès, Louis Vuitton o Gucci desde 100 dólares por semana, una fracción de su precio real que puede superar los 5,000 dólares.
El creador de contenido Steve Emerson, habló hace unas semanas sobre por qué los influencers se inclinan por estas opciones de renta y lo que descubrió es que a partir de este tipo de publicaciones, es más fácil que se viralice un contenido y por consecuencia que logren cerrar algún contrato.
Algunos creadores incluso se organizan para compartir el costo de productos caros, por ejemplo compran un bolso o reloj entre varios y lo reparten por turnos, asegurándose de que nunca aparezca dos veces en la misma ciudad o feed.