Inversión sin transformación: el riesgo de la simulación tecnológica
Los datos son el insumo esencial que requiere la IA, pues de su volumen, calidad y estructura depende la precisión de los modelos. Un sistema que recibe información incompleta, duplicada o desactualizada resulta en jornadas improductivas y decisiones tomadas a ciegas.
De acuerdo con Costa, esto genera frustración entre directivos que dejan de confiar en la tecnología. El problema baja hasta el día a día de las personas: ejecutivos y equipos trabajan con reportes que no coinciden, bases duplicadas y sistemas que no se comunican entre sí.
La precariedad contrasta con las expectativas de negocio. El estudio CIO Playbook de Lenovo e IDC proyecta que el mercado de aplicaciones de IA en México alcanzará un valor de 450 millones de dólares en 2025. Según el mismo informe, 42% de las organizaciones confía en que los dispositivos con inteligencia artificial aumentarán la productividad y mejorarán la experiencia de los empleados.
Además, se estima que el gasto en IA como porcentaje del presupuesto de TI se multiplicará por 2.4 veces en México para 2025. Este crecimiento acelerado contrasta con la baja madurez tecnológica para su adopción integral, lo que refuerza el riesgo de que la inversión no se traduzca en impacto si no se acompaña de capacidades organizacionales, talento y datos adecuados.
La paradoja se acentúa cuando se observa que, aunque la organización aún no integra plenamente la IA, muchos empleados recurren a cuenta individuales de herramientas como ChatGPT o Copilot. Según la consultora Michael Page, 37% de los profesionales en México ya emplea estas plataformas en su trabajo diario.
Esta práctica puede dar la sensación de innovación, pero entraña riesgos importantes: información sensible de la empresa podría filtrarse hacia herramientas públicas sin controles adecuados, comprometiendo datos estratégicos, clientes o proyectos en curso. Así, mientras la inteligencia artificial se utiliza de manera cotidiana a nivel individual, la organización sigue sin consolidar un uso seguro y estructurado que transforme realmente sus procesos.