“Hemos informado a IMOD sobre la decisión de suspender y deshabilitar determinadas suscripciones y servicios, incluyendo el uso de almacenamiento en la nube y tecnologías de IA”, dijo Smith.
El directivo explicó que la revisión no implicó acceso al contenido de los clientes, sino al análisis de registros comerciales, financieros y de comunicaciones internas. Entre los hallazgos figuran consumos de capacidad de Azure en Países Bajos y uso de servicios de IA por parte del IMOD.
Smith enfatizó que la suspensión no afecta al trabajo de Microsoft en ciberseguridad para Israel ni en proyectos regionales vinculados a los Acuerdos de Abraham, firmados en 2020 entre Israel y países como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos, con mediación de Estados Unidos, que establecieron la normalización de relaciones diplomáticas, comerciales y de cooperación en seguridad.
También reconoció el papel de The Guardian, cuyo reportaje permitió a la compañía fundamentar su revisión pese a las limitaciones derivadas de su compromiso de confidencialidad con sus clientes.
La investigación de Microsoft sigue en curso, y la empresa prevé compartir más información en las próximas semanas, incluidas las lecciones aprendidas para reforzar sus políticas de uso ético en la tecnología.
La decisión de la tecnológica llega en medio de críticas a la compañía por parte de sus propios empleados, quienes han cuestionado públicamente los contratos de la compañía con el gobierno israelí en el contexto de la guerra en Gaza. En los últimos meses, los trabajadores han organizado cartas abiertas y campañas internas para exigir que la empresa transparente el uso de sus tecnologías en zonas de conflicto y cancele acuerdos que, a su juicio, podrían facilitar violaciones a los derechos humanos.
Estas protestas forman parte de un movimiento más amplio dentro de la industria tecnológica, donde empleados de gigantes como Google y Amazon han manifestado su rechazo a proyectos vinculados con las Fuerzas de Defensa de Israel.