En el mensaje, Coleman reconoció que la forma de trabajar “ha cambiado para siempre”, pero subrayó que los datos internos muestran que los equipos “prosperan cuando las personas trabajan juntas en persona con más frecuencia”, ya que esto genera “más energía, empoderamiento y mejores resultados”.
La ejecutiva justificó la decisión en un momento en que Microsoft apuesta fuerte por la inteligencia artificial.
“A medida que desarrollamos los productos de IA que definirán esta era, necesitamos la energía y el impulso que surge de personas inteligentes que trabajan juntas, resolviendo juntos problemas complejos”, escribió.
El regreso obligatorio será gradual comenzando por la sede central Puget Sound, en Redmond, Washington. El comunicado especifica que los empleados que vivan a menos de 80 kilómetros deberán acudir presencialmente tres veces por semana a partir de febrero de 2026. Posteriormente la política se extenderá al resto de Estados Unidos y el despliegue fuera del país comenzará a plantearse durante el siguiente año, con fechas por definir.
Los trabajadores recibirán comunicaciones personalizadas y podrán solicitar excepciones hasta el 19 de septiembre de 2025. Coleman aseguró que la medida “no se trata de reducir personal, sino de trabajar juntos para satisfacer las necesidades de nuestros clientes”.
El anuncio se suma a la tendencia de grandes tecnológicas que están endureciendo sus políticas de trabajo remoto. En los últimos dos años, empresas como Google y Amazon también establecieron esquemas híbridos obligatorios, en medio de debates sobre productividad, cultura laboral y retención de talento.