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Apps de transporte ofrecen viajes en moto pese a prohibición en CDMX

Plataformas como DiDi y Uber operan e incluso cuentan con campañas activas sobre este servicio en sus redes sociales.
lun 06 octubre 2025 05:55 AM
Pese a que es ilegal, apps de transporte aún ofrecen viajes en moto
Los viajes en moto siguen activos para usuarios que, sin saberlo o ignorando la prohibición, exponen su integridad en recorridos que operan al margen de la ley. (Foto: Gerardo Vieyra/NurPhoto/AFP)

La regulación capitalina prohíbe expresamente, en el artículo 53 del Reglamento de la Ley de Movilidad, el transporte de pasajeros en motocicleta mediante aplicaciones móviles. La Secretaría de Movilidad (Semovi) ha reiterado que ningún servicio de transporte privado de pasajeros en moto está permitido en la capital y no existen licencias u operativos vigentes para este esquema.

A pesar de ello, en plataformas como DiDi y Uber los usuarios pueden solicitar estos recorridos como una opción más.

En redes sociales también cuentan con campañas activas en las que promueven el uso de esta opción, con comparativas del tiempo de viaje en automóvil frente a uno en motocicleta.

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El debate sobre la operación ilegal de este servicio se desató en julio. María del Carmen, de 37 años, solicitó un viaje en motocicleta a través de DiDi. Mientras circulaban sobre Paseo de la Reforma, el conductor —identificado como Roberto “N”, de 27 años— intentó rebasar entre carriles y golpeó la llanta de otro vehículo. La maniobra hizo que perdiera el control de la moto y la pasajera impactara contra un árbol. Murió en el lugar.

Días después, la Semovi publicó un boletín en el que informó que inició acciones jurídico administrativas para que las empresas erradicaran esta modalidad de transporte. Además, hizo un llamado a la ciudadanía a no hacer uso de estas alternativas de movilidad. Pero luego de ello, la conversación se apagó y las motocicletas continuaron tomando viajes.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el incremento de hechos de tránsito en motocicleta son un problema de salud pública, pues las consecuencias las sufren no solo los involucrados, sino también terceros a su alrededor.

La Semovi refirió que, tan solo en el primer trimestre de 2025, se registraron más de 7,500 colisiones en motocicletas, de las cuales 4,050 personas resultaron lesionadas y 54 perdieron la vida.

Desde la perspectiva de Areli Carreón, integrante de Bicitekas A.C. y del equipo coordinador nacional de la Coalición Movilidad Segura, que agrupa a 117 organizaciones en todo el país, las empresas actúan con pleno conocimiento del riesgo.

“Ya no se puede hablar de desconocimiento, hay negligencia criminal por parte de las plataformas. Siguen promoviendo un servicio que saben es más peligroso y que está prohibido”, refirió la especialista en movilidad en entrevista para Expansión.

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No hay ningún vacío legal, es falta de control

Aunque Semovi advirtió que continuará con medidas legales, la ausencia de sanciones directas a las aplicaciones permite que los viajes en moto sigan ofreciéndose. Tampoco existe un mecanismo público que impida a las plataformas incluir esta modalidad, ni que sancione su promoción.

“No hay ningún vacío legal, está expresamente prohibido el transporte de pasajeros en motocicleta desde 2017. El problema es la omisión del gobierno al no aplicar la ley, y las empresas lo saben. Siguen ofreciendo el servicio porque nadie las sanciona”, refirió Carreón.

La autoridad capitalina insiste en que transportar pasajeros en motocicleta implica riesgos altos y carece de un marco regulatorio que garantice seguros, capacitación o protocolos como los que se requieren para el servicio privado en automóvil.

Mientras tanto, los viajes en moto siguen activos para usuarios que, sin saberlo o ignorando la prohibición, exponen su integridad en recorridos que operan al margen de la ley.

Para darse de alta como conductor de motocicleta en DiDi o Uber, solo es necesario ser mayor de 18 años, tener una licencia de conducir de tipo A vigente, una motocicleta con tarjeta de circulación, una identificación oficial, así como contar con un seguro del vehículo y tu CURP para completar el registro. Una vez en operación, el conductor debe proporcionar casco y chaleco reflejante al pasajero.

Dakota, quien usa esta opción desde hace aproximadamente ocho meses, por lo menos dos veces a la semana, dijo a Expansión que siempre le han hecho entrega del casco, aunque nunca ha recibido chaleco reflejante.

“El tema con los cascos es que no siempre te dan uno bueno. Diría que la mayoría de las veces me han dado cascos que no son aptos, es decir que no se pueden abrochar, que no ajustan bien a la cabeza y a veces hasta te dan casco de ciclista. Entonces es una ilusión de seguridad porque si te caes con eso dudo que te proteja de algo”, dijo la joven.

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La usuaria, quien dijo que generalmente opta por DiDi pues hay más oferta para este servicio comparativamente con Uber, agregó que la mayoría de las veces los conductores son prudentes pero por lo menos en tres ocasiones, durante todo el tiempo que lleva usando esta modalidad, le fueron asignadas personas que manejaran de forma peligrosa y estuvieran a punto de chocar..

Pese al riesgo, Dakota apuntó que ella opta por viajar en motocicleta principalmente por el ahorro. “Un viaje que podría salir en 100 pesos en auto, yo lo he pagado en 30 pesos en moto”.

La usuaria mencionó estar satisfecha con esta alternativa en lo general, aunque identificó una mala praxis que considera las aplicaciones deberían atender o regular: en algunas ocasiones los conductores de DiDi le han pedido que pague en efectivo bajo diversas excusas, pero la aplicación, dijo, no permite el cambio de método de pago, por lo que los prestadores del servicio optan por “darlo por fuera”.

“Ellos ven tu ubicación y tu destino, cancelan el viaje y te cobran en efectivo pero esto ya es tal cual un trato entre particulares y en ese caso la plataforma no te protege en nada. Por supuesto esta es decisión del usuario pero no debería pasar”, relató Dakota.

Un caso similar al mexicano ocurre en Colombia, donde las motocicletas comenzaron a integrarse al ecosistema de aplicaciones de transporte desde hace casi una década. Aunque en ciudades como Bogotá y Medellín su operación no está autorizada legalmente, las apps crecieron apoyándose en vacíos regulatorios y en la alta demanda de transporte rápido y económico.

Las autoridades colombianas han intentado frenar esta modalidad mediante resoluciones, operativos y sanciones, pero las plataformas han aprovechado amparos judiciales y disputas legales para seguir operando.

El primer paso es la sanción, luego de ello no hay una solución inmediata

Carreón explicó que abordar el caso requiere sancionar a las aplicaciones y hacer que se cumpla la ley, pero admite que el conflicto es mucho mayor. La especialista refirió que los usuarios no recurren a estos servicios por desconocimiento, sino por necesidad.

“La gente se mueve en moto porque el transporte público no alcanza, porque un coche es impagable y porque muchas personas dependen de esto para trabajar”, comentó.

Este escenario complica la búsqueda de soluciones al problema, pues si se elimina la alternativa, hay personas que pierden su empleo y otras que se quedan sin opciones de movilidad.

“No sabemos exactamente qué hacer, porque esta enorme fuerza laboral y la cantidad de usuarios que utilizan estos servicios ponen en jaque la capacidad institucional para regular”, sentenció Carreón, quien agregó que los fabricantes de motocicletas también deben involucrarse y ofrecer a los usuarios vehículos más seguros.

Desde su perspectiva, México enfrenta una oportunidad crítica para regular este fenómeno antes de que sus consecuencias sean irreversibles.

“Tenemos muy poco tiempo para actuar antes de que el problema se vuelva inmanejable”, advirtió Carreón.

Por el momento, se han iniciado conversaciones legislativas, aseguró la integrante de Bicitekas A.C., lideradas por la diputada Patricia Mercado, para diseñar una regulación basada en evidencia internacional y en los limitados datos disponibles a nivel nacional.

La Semovi refirió a Expansión que siguen trabajando con las gestiones legales contra las plataformas que operan en el país, pero no dio más detalles al respecto. Este medio también consultó a Uber y DiDi para conocer su postura ante el tema, pero no estuvieron disponibles para contestar de inmediato.

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