Gabriela Rocha, cofundadora de la edtech para mujeres, Laboratoria, explica que esto sucede por dos razones principales: "uno, porque las mujeres ocupan desproporcionadamente trabajos de baja calificación en el mercado laboral, y esos son los que están en mayor riesgo de automatización". Además, las responsabilidades personales a menudo impiden que las mujeres accedan al tiempo y a los recursos necesarios para la capacitación continua.
Esta vulnerabilidad se suma a los desafíos estructurales preexistentes en el sector tecnológico, como baja representación, techo de cristal (en la industria, solo uno de cada cinco ascensos es para mujeres) y brecha salarial alta.
Aunado a esto, existen políticas laborales que actúan como un "freno así gigante de motor" para la inclusión femenina. Rocha señala que la exigencia de algunas empresas de trabajar "al 100% en la presencialidad" impide que muchísimas personas, especialmente mujeres, que valoran su tiempo y buscan un gran trabajo, puedan acceder a estas oportunidades.
De hecho una investigación de LinkedIn reveló que si bien cada vez más mujeres se gradúan en carreras STEM y adentran carreras tecnológicas, un número significativo abandona estas carreras con el tiempo.
En datos, el informe indicó que del 35.5% que se graduó en 2017, solo el 29.6% de las mujeres ocupaban puestos STEM un año después además de que las tasas de abandono se han mantenido similares en los años posteriores.
Estos retrocesos en el discurso y en las políticas empresariales contrastan con la urgencia de integrar a la fuerza laboral a millones de mujeres subempleadas o desempleadas que existen en la región, cuya inclusión impulsaría significativamente la productividad de América Latina.
La educación como respuesta a las brechas de género
Frente a este panorama, Laboratoria asumió una nueva estrategia que se centra en la preparación profesional integral de las mujeres, con habilidades digitales y un fuerte enfoque en integrar la IA como herramienta de sus labores cotidianas, tanto a nivel empresarial como en el desarrollo de tecnología.
El objetivo, apunta Úrsula Quijano, directora de Laboratoria para México, es desestigmatizar la tecnología y acercar a las mujeres a la Inteligencia Artificial, para que no solo conozcan y usen, sino que hasta puedan desarrollarla.
Quijano también apunta que este modelo prioriza las habilidades socioemocionales y el aprender a aprender otras herramientas cruciales para el futuro del trabajo y para la recuperación de la confianza de las mujeres.
A través de esta educación, Laboratoria ha facilitado la movilidad social de más de 4,000 mujeres en la región latinoamericana, quienes han logrado su independencia económica y multiplicado sus ingresos, pasando del sector informal al formal en empleos de calidad.
“Estas habilidades (tanto las técnicas como las sociales), independientemente de la locura del mundo en el que nos encontramos, les van a permitir seguir avanzando en sus trabajos”, señala Quijano, mientras que Rocha complementa: “Queremos acercar a las mujeres a la IA, que ellas aprendan y se posicionen de forma competitiva en el mercado laboral”.