Pero esta nueva forma de relacionarse con el presidente se replicó en varias tecnológicas. Palantir, Salesforce o Google Cloud son protagonistas de este reacomodo. Las protestas de octubre, detonadas en parte por el endurecimiento de las tácticas del Servicio de Migración y Aduanas de EU (ICE), no frenaron esta convergencia, más bien la hicieron visible.
Palantir, histórico proveedor de analítica para el Departamento de Seguridad Nacional, amplió su apuesta con ImmigrationOS, que significó un contrato de 30 millones de dólares para su desarrollo. Es una plataforma para integrar bases de datos y acelerar la gestión de casos. Para los críticos, es el corazón algorítmico de una maquinaria de deportación masiva; para sus defensores, una herramienta “modernizadora” que da coherencia a sistemas dispersos.
En paralelo, Salesforce cruzó una línea simbólica. Documentos internos, filtrados y publicados por el New York Times , muestran propuestas para triplicar la plantilla de ICE con ayuda de automatización, optimización de reclutamiento y agentes de IA que procesen currículos y expedientes. La empresa no negó la autenticidad de los materiales y se refugió en cláusulas de confidencialidad. Con esta integración, la dependencia podría contratar hasta 10,000 elementos.
La empresa de Benioff construyó su marca sobre el “business as a platform for change” y un repertorio de filantropía urbana. Pero en el mercado público, su producto estrella, el CRM que se dedica a la gestión de relaciones, flujos de trabajo, automatización, encaja con precisión en la arquitectura de contratación, seguimiento y evaluación que gobiernos y cuerpos de seguridad desean.
Google Cloud es proveedor de infraestructura y analítica para el sector público. Esta estrategia, menos estridente que la de software aplicado de Palantir o la suite cívico‑operativa de Salesforce, habilita a agencias, incluida ICE bajo integradores, a desplegar servicios en su nube, esto de acuerdo con ITC Federal .
Las mismas compañías que hace cinco años lanzaban manifiestos de IA responsable hoy traducen ese vocabulario a controles de acceso, auditorías de sesgo, trazabilidad de modelos y “governance” compatibles con reguladores y contratos públicos.
En decenas de ciudades, líderes locales y organizaciones civiles denunciaron detenciones sin orden judicial, tácticas de investigación intrusiva y el despliegue de fuerza federal durante las marchas No Kings a lo largo de EU. El hecho de que, al mismo tiempo, las grandes tecnológicas profundicen su relación con agencias como ICE alimenta la percepción de que Silicon Valley dejó de ser contrapeso cultural para volverse un brazo operativo.