Según se informó, Altman tendrá reuniones diarias con el personal encargado de mejorar el chatbot, además de revisiones continuas para definir los avances de desarrollo en el producto estrella de la firma.
Esta medida refleja el momento que vive OpenAI, ya que se trata de una empresa que invierte cientos de miles de millones de dólares en financiar su crecimiento, principalmente a través de empresas como Microsoft, Nvidia u Oracle, pero hasta el momento no ha logrado ser rentable.
De acuerdo con detalles que la propia empresa ha compartido, sus ingresos anuales de alcanzaron los 10,000 millones de dólares en junio y se proyecta que superarán los 20,000 millones para fines de 2025, un crecimiento masivo desde los 3,700 millones reportados en 2024.
A pesar del crecimiento de los ingresos, la empresa opera con pérdidas sustanciales. Se informó que en 2024 las pérdidas operativas ascendieron a unos 5,000 millones de dólares. Estas pérdidas se deben a los altos costos asociados con el entrenamiento de modelos de IA avanzados y el desarrollo de nuevas tecnologías como Sora.
Su objetivo a largo plazo es reportar pérdidas anuales hasta 2028, aunque también espera volverse rentable a partir de 2030, una vez que los costos de computación se estabilicen, según informes de inversores. No obstante, Anthropic pretende alcanzar la rentabilidad hacia 2028.
Asimismo, se espera que esta decisión sea un punto de inflexión para la carrera de la IA, pues algo similar sucedió cuando se lanzó ChatGPT, ya que Google declaró su propio “código rojo” para acelerar el desarrollo de sus productos.
Eso dio como consecuencia el lanzamiento de Bard, modelo que posteriormente cambiaría su nombre a Gemini y hoy en día se convirtió en una de las opciones más interesantes en el mundo de los chatbots de IA, gracias a funciones como Nano Banana.
Además, hace un par de semanas lanzó Gemini 3 , un modelo que, de acuerdo con la compañía, se acerca a la IA general, debido a sus mejoras de comprensión multimodal, razonamiento y capacidades de agente.